jueves, 11 de junio de 2009

SODI vs. GUEVARA político demagogo vs. deportista exitosa.


“El candidato del PAN a la jefatura delegacional de Miguel Hidalgo, Demetrio Sodi, dudó que los deportistas tengan capacidad para ocupar cargos públicos, al cuestionar la falta de experiencia de su oponente del PRD, Ana Gabriela Guevara”. La Jornada 7 de junio 2009.

Los políticos de todos los partidos le han demostrado al pueblo de México, no solo su incapacidad para gobernar, impartir justicia y repartir la riqueza. Desde Luis Echeverría hasta Felipe Calderón han sumido al país en errores y descalabros tapizados de injusticia. Pareciera que el “objetivo común” ha sido hundir a este país y entregar al gran capital la mano de obra del pueblo y sus al parecer “inagotables recursos naturales”. “Todos, todo, lo han hecho por nota”…pero al revés. Más mal, no puede estar este maravilloso país, lleno de gente noble y trabajadora, pletórico de recursos naturales.

Demetrio Sodi no tiene elementos morales y cifras duras para hablar de “la eficiencia y la eficacia” de los políticos en el poder. El chiquero que es “la política nacional” es la verdad evidente. Solo un político puede hablar de esa manera. Para ser político se necesita ser inmoral, mentiroso, cleptómano y facineroso. Esto es lo que hace a Demetrio “un buen político”. Tal vez, bueno para su partido. Pero para la gente común, un verdadero peligro.

De Ana Guevara podemos decir que se hizo una estrella del deporte internacional de alto rendimiento por ella misma. No tuvo, -como no lo tienen nuestros atletas-, un apoyo institucional para lograrlo (porque los políticos, que están al frente de los organismos deportivos, históricamente han defraudado y corrompido el deporte). La deportista, a diferencia de Sodi, la ha dado a México y su pueblo, gloria y alegría.

Sí comparáramos a los dos adversarios en su desempeño profesional, podríamos suponer que Guevara ha llegado a lo más alto de su rama profesional a nivel mundial. No así de Sodi, que no ha pasado de ser uno de tantos corruptos demagogos que saturan los “carteles políticos” que usufructúan miles de millones de pesos del pueblo de México y agotan la esperanza del pueblo.

La reflexión final es que la gente decente no se mete en política. Reconocemos en Ana Gabriela Guevara el valor civil y la honestidad para, en su momento, decirle “al Presidente la verdad”, como muy pocas personas lo hacen, (funcionarios, políticos, inactivos privados y público que los acompaña). Pero como dice el dicho popular “el que con lobos anda…”

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