sábado, 29 de noviembre de 2008

EL GRAN ENGAÑO HISTÓRICO DE MÉXICO.


Gran parte de las personas que habitamos este basto territorio llamado México, hemos vivido engañados los últimos dos siglos. Usados y explotados por un puñado de abusadores que han llegado sucesivamente a estas tierras y han explotado inhumanamente a los pueblos originarios y han depredado despiadadamente sus recursos naturales.

Para hacer posible esto, los colonizadores-explotadores fundamentalmente le han quitado “la memoria histórica a los invadidos”. Es decir, los han mantenido en un estado amnésico. No saben quiénes son, de dónde vienen y mucho menos a dónde van. Una inmensa masa de gente ignorante, desculturizada y desmemoriada. Tratando de ser…lo que el colonizador le impone que sea a su conveniencia. Trescientos años tratando de ser españoles y hasta le pusieron a esta tierra “La Nueva España”, después cien años pretendiendo fallidamente ser franceses y en el último siglo, hemos tratado de ser inútilmente norteamericanos. Permanentemente despreciando lo propio y exaltando frenéticamente lo ajeno.

Este enorme pueblo mestizo desculturizado, que rechaza tercamente ser indígena y desprecia rabiosamente la Cultura Madre. Que pretende ser “mestizo-europeizado” o de perdida “moderno-agringado”. Se aleja de lo indígena y que nunca llega a ser español, francés o norteamericano. Ese ciudadano ignorante, vulgar, fatuo. Aquél que construye sus paradigmas existenciales en la televisión, en las marcas comerciales, en la “modernidad” y sobre todo en el consumo. Ese que es en el fondo inseguro, violento, desconfiado, despiadado, temeroso, voraz y depredador. Ese que jamás será urbano, ni respetará una línea de personas, ese que rebasa por la derecha y se pasa los altos, el que se estaciona en doble fila y no da el paso a los peatones. El que tira basura en todas partes y siempre quiere sacar provecho personal de los demás…ese que desprecia a los indígenas y los campesinos y admira a los extranjeros. Ese que siempre se piensa por encima de los demás. Ese que no sabe nada de la historia antigua de la Civilización Madre que le da vida y esencia. Ese que por desgracias es la gran mayoría en este país. Este ciudadano es una perfecta creación del colonizador-explotador, así nos quieren, así nos necesitan, así los hacemos ricos.

Solo teniendo esa clase de gente, los colonizadores explotadores pueden seguir haciendo grandes fortunas y vivir en la injusticia más cínica. Como casi todos los grandes capitales de este país, están en manos de “CRIOLLOS”, es decir, hijos de extranjeros avecindados en este país. La riqueza de Carlos Slim, sus secuaces y sus paisanos, es directamente proporcional a la ignorancia del pueblo que explotan. Poco menos del 10% de ¿mexicanos? (los criollos) posee el 40% de la riqueza nacional. Es decir, este país le pertenece a unos cuantos y los demás son…como ganado o pollos en granja. Más nada.

Este “país” nació gracias a una lucha entre criollos y peninsulares por el derecho de explotar a los invadidos. Nuestra profunda herencia civilizatoria de siete milenios y medio ha sido brutalmente cercenada, ignorada, desechada. Se impuso un sistema colonial durante 3 siglos y los criollos traicionaron a sus parientes y les echaron encima a la inmensa masa de nativos pobres y sedientos de justicia. Esa fue la Guerra de “Independencia”. Loa indígenas pusieron la sangre y todo cambió para seguir igual.

Los criollos se inventaron “su país”, al que le pusieron MÉXICO indebidamente, pues en la memoria histórica milenaria se sabe que estas tierras son EL ANÁHUAC. México viene de mexicas, de modo que los zapotecas, mixtecas, mayas y un largo etcétera no son mexicas y por ende, con propiedad, ¡mexicanos!

Durante el siglo XIX los criollos se dividieron en dos bandos: masones yorkinos-liberales-federalistas-republicanos (priístas) y se enfrentaron a los masones escoceses-conservadores-centralistas-monárquicos (panistas), en una guerra fratricida por el poder, en la que fuimos invadidos en dos ocasiones y nos quitaron más de la mitad del territorio. Ni los peninsulares ni los criollos les han dado una verdadera oportunidad a los pueblos originales y a la Cultura Madre en estos quinientos años de colonización y neo colonización.

La Colonia y el país…siempre han sido de ellos y para ellos. ¿Cómo lo han logrado?, quitándole la memoria histórica al vencido-invadido. Haciéndale creer primero que era súbito español y después “mexicano”. Que él, desciende de españoles o franceses, que él nada tiene que ver con la civilización indígena que se presume muerta. Que ser parte de la Civilización Madre es cosa negativa y de bajo nivel, esto es ser: naco, yope, indio, ignorante, vulgar, pobre, que no es lo mismo pero es igual.

Rechazar su Cultura, sus orígenes, sus tradiciones, su historia, su fenotipo, su color de piel, rechazarse a sí mismo y tratar de ser un colonizador de su propio pueblo (a eso le han enseñado a llamarle “triunfar”). En un mundo depredador, en un país en donde es todos contra todos, en el que no se respeta la ley, en el que la corrupción es el aceite que mueve al sistema, en el que el más sinvergüenza es el más listo, en el que no hay justicia, equidad, ni piedad…en un país así, es como Carlos Silm puede convertirse en el hombre más rico del mundo. El Sistema Colonial es eso precisamente, desorden, corrupción, vulgaridad, ignorancia, en el pueblo; porque piénselo bien amable lector, “a río revuelto, ¡ganancia de criollos neo colonizadores!

A los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos nos han engañado quinientos años. Nos han hecho perder nuestra memoria histórica, nuestro orgullo de ser herederos de una de las seis civilizaciones más antiguas del planeta. Nos han hecho creer que fuimos “novohispanos” y que hoy somos “mexicanos, latinos o hispanos”, pero desde la INVASIÓN hemos perdido la propiedad y conducción de nuestra NACIÓN. Nos han hecho olvidar (momentáneamente) que somos hijos del ANÁHUAC, que somos poseedores de una milenaria sabiduría de cómo vivir en armonía con nuestros semejantes y con la naturaleza. Nos han hecho perder nuestros conocimientos sobre el mundo y la vida. Nos han quitado el sentido sagrado y místico de la existencia. Nos han vuelto inseguros, frágiles, violentos, ignorantes, dependientes. De esta manera se explica el por qué Fox mandó quitar de los estudios de Secundaria la Historia antigua de México.

Este país llamado México NO nos pertenece, por lo menos a la gran mayoría. Existe un 10% de criollos que tienen el poder y el dinero, otro 10% poseen solo el 1% de la riqueza y por supuesto, son los pueblos indígenas. Y existe una inmensa masa del 80% de mestizos deculturizados, “hijos del canal de las barras y las estrellas” vulgares y vacíos. Dispuestos a pintarse el cabello de amarillo, a untarse cremas blanqueadores, a ponerle a sus hijos nombres extranjeros, a ser consumidores “muuderrnos”, a comer comida chatarra y pasear en los “centros comerciales modernos”, a vivir a crédito y cumplir el anhelo existencial de ir a Disneylandia.

Millones de “mexicanos” que viven entre las telecomedias, los partidos de fútbol, los noticieros, los “reality shoes” y los chismes de los artistas, la filosofía de Ramones, Brozo, Cristina y la flaco y el gordo. Soñando que la selección nacional puede ganar la Copa Mundial o medallas de oro en las Olimpiadas. Creyendo en las farsas de la mañosa democracia electorera, esperando sacar mayor partido y mejor provecho personal de la política corrupta.

Gente vulgar, vana, superflua, que solo vive pensando en tener dinero y poder comprar y ver más televisión. Personas insensibles e inconscientes, embrutecidas, fácilmente manejables e influenciables y explotables.

La riqueza de unos cuantos se fundamenta precisamente en todo esto. En la pérdida de la memoria histórica, en la ignorancia de nosotros mismos, en el rechazo y desprecio que hemos aprendido a tener de “lo propio-nuestro”.

El invasor-colonizador-explotador nos puede permitir cualquier cosa, MENOS QUE RECUPEREMOS LA MEMEORIA HISTÓRICA y sepamos quiénes somos, de dónde venimos y a dónde queremos ir, como individuos y como pueblo. Porque en eso momento se acaba su poder y su riqueza. Esta es la razón por la cual los mexicanos somos “INDEFENSOS EXTRANJEROS INCULTOS EN NUESTRA PROPIA TIERRA”. Conocedores de Europa y sabedores de qué color era el caballo blanco de Napoleón, el Coliseo romano y el Partenón griego, pero totalmente ignorantes cuando vamos a Teotihuacán, Monte Albán o Chicen Itza.

Esta es la razón por la que no entendemos qué es lo que pasa “en nuestro país”. Pensamos que quienes tienen el poder y el dinero son hermanos nuestros y están preocupados solidariamente por nosotros, “el pueblo-su-pueblo”. Que comparten un proyecto de mejora común, en el que nos ligan las mismas aspiraciones, anhelos y proyectos. Pero eso NO ES CIERTO, los que tienen el poder y el dinero desde 1521, solo pretenden explotar y depredar, para regresar a su verdadera tierra a disfrutar sus ganancias, como Slim que se la vive en Líbano.

El gran engaño es que “México” no nos pertenece, en cambio, El Anáhuac es nuestro futuro, el propio-nuestro. Solo tenemos que despertar recuperando la milenaria memoria histórica. Abrir los ojos y poner la mirada en el fondo de nuestro corazón. (2007)

miércoles, 19 de noviembre de 2008

¿QUIENES SOMOS ESTOS, QUE NOS DECIMOS MEXICANOS?


Los “mexicanos” hemos vivido de espaldas a nuestra Civilización Madre. Esto se debe a un proyecto colonizador que se ha implantado entre nosotros desde 1521. El colonizador-explotador ha sabido muy bien, que en la medida de que el pueblo invadido no tenga memoria histórica de su glorioso pasado, mientras no sepa quién es y de dónde viene, que no conozca los admirables logros de sus Viejos Abuelos, estará encadenado y esclavizado a través de la “ignorancia de sí mismo”. El detonante para romper las cadenas de la esclavitud esta en el conocimiento y la revalorización de nuestra historia antigua.


Nosotros, los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos, los descendientes de aquellos hombres y mujeres que un día construyeron a través de los siglos a la honra de “Aquél por quien se vive”, Monte Alban, Palenque o Teotihuacan, no somos “mexicanos”, porque no todos somos “mexicas”, aquellos que fueron los últimos bárbaros que llegaron del Norte en el siglo XIII d.C. al Altiplano Central.


Tampoco somos “hispanos”, porque hablamos un dialecto del castellano llamado español, como los norteamericanos no son ingleses por hablar la lengua inglesa. Tampoco somos “Latinos”, porque fue Napoleón III el que inventó ese concepto en el siglo XIX, cuando soñó con apoderarse de las excolonias españolas en América y don Benito Juárez le enseñó que no era posible. Entonces…sí no somos mexicanos, ni hispanos o latinos… ¿qué somos?


Por aquí debemos de empezar. Sí no sabemos quienes somos, sí no sabemos de dónde venimos, no sabemos en dónde estamos y mucho menos a dónde queremos ir, como individuos y como nación. Sí no sabemos quienes fueron nuestros venerables maestros, sino conocemos sus obras, sus logros, sus creaciones… no tenemos un rostro propio y no tenemos un corazón verdadero. Andamos a tientas y a ciegas estos cinco siglos, tratando torpemente de salir del “laberinto de la soledad” donde nos han encerrado nuestros explotadores.


Tratando inútilmente de ser españoles y siendo despreciados por ellos, tratando de ser franceses y después norteamericanos de tercera. Siempre haciendo el ridículo, siempre siendo una copia mal hecha y tardía de nuestros explotadores, quienes nos menosprecian y nos rechazan.


¿Cómo le llamaban a esta, su tierra, nuestros Viejos Abuelos, desde el sexto milenio antes de Cristo hasta la llegada de los invasores-conquistadores en 1519? ¿Cómo le llamaban a su civilización, una de las seis más antiguas de la humanidad? ¿Cómo le llamaban a este continente durante los mil años de esplendor nuestros antepasados? ¿Cuál era la conciencia de sí mismos cuando nuestros antepasados inventaron el cero matemático, inventaron el maíz y la chinampa, crearon el calendario más exacto del mundo, el chocolate, la vainilla, el chicle o hacían asombrosas operaciones al cerebro o construían la ciudad más grande del mundo en el siglo XVI?


La cultura de los pueblos de lo que hoy llamamos “México” tiene ocho mil años de historia, desde la domesticación de las plantas hasta nuestros días. De ellos, siete mil quinientos años se escribieron sin la presencia del invasor-conquistador. En este largo periodo tuvimos tres etapas: Preclásico (6000ª.C a 200ª.C), Clásico o del esplendor (200ª.C. a 850 d.C.) y Postclásico (850 d.C. a 1521 d.C.). Finalmente, en los últimos cinco siglos hemos vivido una invasión-colonización-explotación por la cual se ha dado un mestizaje cultural.


Este mestizaje no fue un hecho humanista, generoso y altruista. Por el contrario, se sustentó en la violencia, la injusticia y la violación. No podemos negar que en la cultura de los pueblos de lo que los criollos llamaron “México” en 1821, está compuesta de una mezcla, no solo de la cultura ibérica u occidental, tenemos elementos culturales muy diversos de casi todo el mundo. Asia y África, con todas sus culturas están presentes en nuestro sincretismo cultural.


Dos ejemplos de lo que “es nuestro…pero no es propio”: el reboso se trajo de la India y la marimba de África, pero el pueblo se los apropió y los hizo “suyo”. Tenemos que aceptarnos mestizos, como todos los pueblos del mundo, comenzando por la propia España que fue invadida por celtas, godos, cartagineses, berberes, romanos, árabes e ingleses. La cultura española es un sincretismo de muchas culturas. Pero tenemos que reconocer que los siete mil quinientos años de desarrollo endógeno de la Cultura Madre son la base, sustento y estructura fundamental de todo lo que somos en esencia.


El desconocer, negar y rechazar nuestra ancestral cultura, la que nos hace esencialmente lo que somos, es negar nuestro más genuino potencial para entender el mundo y la vida, para SER y TRASCENDER. Y es esta, la poderosa arma del colonizador-explotador para mantenernos en la pobreza intelectual, espiritual y material en la que los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos, hemos vivido estos cinco siglos, primero a manos de los gachupines y ahora de los criollos. Su fuerza y su poder devienen de nuestra ignorancia de nosotros mismos, de nuestro propio olvido.


En estos cinco siglos de pobreza, injusticias y violencia social, sea a manos de los españoles, franceses, norteamericanos o de nosotros mismos, pues “el Hernán Cortés” que vive en el corazón de todos los colonizados, está latente a la espera de “un poquito de poder”, para pisar, explotar y violentar a sus hermanos. Durante cinco siglos ha querido ser otro conquistador-explotador, durante este tiempo se le ha enseñado que explotar, saquear y violentar al pueblo es el único camino para “triunfar” en la caníbal sociedad colonial.


En estos cinco siglos de colonización feroz e inhumana, la historia nos dice que no es a través de la lucha armada o la lucha política como se puede acabar con este injusto sistema colonial de explotación. No son las armas o los votos, es LA EDUCACIÓN la que puede liberar a nuestro pueblo de la pobreza, la injusticia y la explotación. La Educación, pero no la de los colonizadores-explotadores, no la de otros países y culturas, sino “la propia nuestra”. Muy pocos “mexicanos” saben que somos una de los seis civilizaciones más antiguas del planeta, pero tenemos un gran potencial que ninguna de las otras civilizaciones han tenido.


Nuestros Viejos Abuelos vivieron y se educaron en una sociedad escolarizada, por lo menos tres mil años. En efecto, la educación en nuestro pasado más antiguo era obligatoria y gratuita. Por lo menos desde los olmecas en el año 1500 a.C. hasta la llegada de los invasores en 1519 d.C., los Viejos Abuelos vivieron en una sociedad en donde no había niños sin escuela. Los telpochcalli , Cuicacalli y Calmécac estaban atendiendo a los niños desde los 7 años hasta los veinte, formando en la niñez “un rostro propio y un corazón verdadero”.


Tenemos tantas cosas qué descubrir de nuestro desconocido pasado, y que la educación oficial no ha quitado nuestra historia antigua, para que no recuperemos nuestra memoria, nuestro orgullo y nuestra dignidad.


Esta Tierra y esta civilización por milenios se ha llamado ANÁHUAC y sus hijos somos anahuacas: anahuacas mexicas, zapotecas, mayas, mixtecas, totonacas, purépechas, huastecas, etc. Al continente le llamaron en lengua náhuatl “Cem Anáhuac”, que es un espacio astronómico y geográfico, delimitado por el movimiento del Sol. En un tiempo cercano a esta tierra se le volverá a conocer por su nombre verdadero. El México de los criollos habrá desaparecido y con él la colonización y la corrupción. Y volverá a ser esta tierra un lugar de honor y respeto, donde ya no haya vencedores y vencidos, invasores e invadidos, ricos extremadamente ricos y pobres extremadamente pobres. (2007)

martes, 11 de noviembre de 2008

OCTAVIO PAZ Y SU PERCEPCIÓN DEL “MÉXICO PREHISPÁNICO”


“Don Juan nunca se cansaba de repetir que ya sea como eruditos o como legos somos miembros y herederos de la tradición de Occidente, lo cual significa que, independientemente de nuestro nivel de educción y sofisticación, somos prisioneros de esa tradición y su manera de interpretar la realidad".Florinda Donner.

México es un país con dos realidades en lucha permanentemente, a veces de manera estridente y sangrienta, otras veces, silenciosa y subterránea, pero siempre manteniendo estados de tensión dinámica.
Dos visiones del mundo diferentes, dos posiciones irrenunciables, dos maneras de entender el mundo y la vida. Una que viene desde el inicio de la civilización Madre, miles de años antes de la era cristiana y la otra que llegó con los europeos en 1519.



A lo largo de más de siete mil quinientos años los pueblos originarios crearon sus culturas, que en conjunto forman parte de la civilización del Anáhuac. Esta civilización, que es una de las seis más antiguas y con origen autónomo de la humanidad, creó a lo largo de milenios sus propias -instituciones, leyes y autoridades-, que le permitieron impulsar, organizar y regular su Desarrollo Humano.



Sin embargo, a partir del 13 de Agosto de 1521 los europeos condenaron a la destrucción y a la negación a la civilización vencida. Desde la misma destrucción de la México-Tenochtitán, que en su momento era la ciudad más grande del mundo, pasando por la destrucción de sus instituciones, la proscripción de sus leyes y la deposición de sus autoridades; la negación de sus sistemas: alimentario, de salud, educativo y de organización, hasta llegar al mismo genocidio.



A partir de 1521 los europeos no tomarán en cuenta a la civilización vencida, pero usaran y explotaran exhaustivamente todos sus conocimientos y recursos. Durante los tres siguientes siglos la única preocupación de los españoles es cristianizar a los naturales y en los siguientes doscientos años, los criollos trataran sucesivamente de civilizarlos, integrarlos y modernizarlos en medio de su explotación. Siempre serán una carga, un lastre pesado para alcanzar su proyecto civilizatorio que permanentemente ha excluido a los vencidos.



De este modo en México desde 1521, la CULTURA, ha sido la Occidental y la de los vencidos, sólo ha sido "folclor". La LENGUA ha sido el Español de los colonizadores, los "dialectos", la de los vencidos. El ARTE ha sido de Occidente y la "artesanía" de los invadidos. La MEDICINA del europeo y la "brujería" del indígena. La HISTORIA ha sido la de Europa y los "mitos de origen", la memoria de los pueblos originarios. Y así, en todos los campos del conocimiento humano. Se dijo en la época colonial y se mantiene hasta la actualidad que, "los indios no son de razón". El movimiento insurgente de los indios mayas de Chiapas, es un claro ejemplo de cómo la cultura dominante no acepta que exista "una inteligencia indígena" y para ellos el Subcomandante Marcos dirige y utiliza a los indígenas.



A diferencia de los colonizadores ingleses en Norteamérica, que desde un principio quisieron liberarse de Europa y crear "un nuevo mundo", rompiendo con los caducos moldes de ultramar. Los colonizadores españoles pretendieron crear una extensión de España en México y asumir supuesta "nobleza" a pesar de la dudosa honestidad de su riqueza. El colonizador español nunca hizo de México su casa definitiva, sino siempre fue un trampolín temporal para regresar a España cargado de oro, después de haber hecho "la América". De modo que siempre importó las ideas y los conocimientos de España, generalmente de manera torpe y tardía.Desde el inicio del periodo colonial, las ideas políticas, sociales, artísticas, científicas, literarias, educativas, venían de España.

En el periodo independiente, los criollos ilustrados que desplazaron a los peninsulares en el poder, pusieron sus ojos, su cerebro y su corazón en Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Jamás vieron hacia adentro, ni intentaron revalorar a la civilización que les servia de base para construir su realidad. En la “construcción de su país, no se contempló la civilización indígena”.
En el caso especial de los artistas e intelectuales en México, el modelo generalmente siempre ha sido Europa. La mayoría de ellos, "malitos y regulares", no han hecho más que copiar e imitar el arte y el pensamiento europeo y hacer "variaciones sobre el mismo tema". Con sus grandes excepciones de aquellos artistas nuestros considerados "universales", la mayoría copia y hace variaciones sobre las tendencias y búsquedas europeas. Tratamos de ser "europeos" en México copiando mal y tardíamente las modas y las corrientes "de vanguardia". Pintamos, escribimos, componemos, como europeos. Con sus temas, escuelas y corrientes. Queremos "crear" como europeos y lo que producimos en consecuencia es una mala copia. Acaso una "variante tropical interesante", pero nunca una original.



Es de observar que nuestros artistas e intelectuales han querido llegar a los "espacios universales del arte", por medio de las manifestaciones de la cultura europea. Misión por cierto literalmente imposible y suicida, pues jamás podremos llegar a ser mejor que ellos mismos. No compondremos mejor que Mozart, ni pintaremos mejor que Van Gogh o escribiremos mejor que Cervantes, Goethe, Dante, o Shekespirare. Como ningún mariachi sudamericano tocará mejor que una jalisciense o un bailarín profesional bailara mejor la Danza del Vendado que un indígena yaqui o una orquesta sinfónica europea toque mejor La Sinfonía India de Chávez, que la Orquesta Sinfónica Nacional.



El caso del poeta Octavio Paz, Premio Nóbel de literatura, que podríamos considerar el más ilustre de nuestros artistas e intelectuales, que ha sido reconocido en el ámbito internacional, bien puede ejemplificar lo que estamos tratando de argumentar. Hombre que creció en el mundo de "las bellas artes europeas", que vivió en Francia y en Estados Unidos años muy importantes de su formación intelectual y que es "heredero" del acervo cultural de Europa. Poeta y escritor "culto" que escribió ensayos sobre el "ser" del mexicano y de "lo mexicano", siempre con los "ojos de un extranjero" para ver hacia adentro de su identidad. Su visión del México antiguo es muy superficial aunque enciclopédica, porque debemos de reconocer que Paz era un hombre con gran capacidad. A lo largo de la obra de Paz, se nota un profundo conocimiento de la cultura Occidental. Sólidas bases de su pensamiento están inspiradas en la cultura grecolatina, francesa, italiana, alemana, inglesa, norteamericana. En sus ensayos es común encontrar las citas en la lengua de autores referidos. Su visión de las culturas -no Occidentales- es muy eurocéntrica, comenzando con la de México. Me permito citar algunos puntos medulares de su ensayo "VISLUMBRES DE LA INDIA" que el autor publicó en el año de 1995, ya en la punta de su brillante carrera, con todos los reconocimientos y después de haber recibido el Premio Nóbel de Literatura en 1990. Este ensayo lo escribió de los recuerdos y apuntes que tenia de su estancia en la India, donde fue Embajador del Gobierno de México de 1962 hasta 1968.



En "Vislumbres de la India", Octavio Paz hace comparaciones sobre la India y México para explicar la realidad de aquel lejano país, sin embargo, desde nuestro punto de vista, denota una lamentable ignorancia sobre los cimientos filosóficos y culturales de una civilización que Paz no conoció. Da la impresión, retomando a Guillermo Bonfil Batalla, que Paz sólo conoció al México imaginario y que el México profundo, fue algo más lejano e indescifrable para él, que la misma India.
"Los pueblos mexicanos no experimentaron nada semejante a la penetración del budismo en Ceilán, China, Corea, Japón y el Sudeste asiático.... Las culturas mexicanas vivieron en una inmensa soledad histórica; jamás conocieron la experiencia cardinal y repetida de las sociedades del Viejo Mundo: la presencia del otro, la intrusión de civilizaciones extrañas, con sus dioses, con sus técnicas y sus visiones del mundo y del trasmundo.



Frente a la vertiginosa diversidad del Viejo Mundo, la homogeneidad de las culturas mexicanas es impresionante. La imagen que presenta la historia mesoamericana, desde sus orígenes hasta el siglo XVI, a la llegada de los españoles, es la del círculo. Una y otra vez esos pueblos, durante dos milenios, comenzaron y recomenzaron, con las mismas ideas, creencias y técnicas, la misma historia. No la inmovilidad sino un girar en que cada nueva etapa, simultáneamente, fin y recomienzo. A Mesoamérica le faltó el contacto con gentes, ideas e instituciones extrañas. Mesoamérica se movía sin cambiar: perpetuo regreso al punto de partida.... Los antiguos mexicanos vieron a los españoles como seres sobrenaturales llegados de otro mundo porque no tenían categorías mentales para identificarlos." [Pág. 107]



Apreciamos en el texto una visión muy pobre y simplista del pensamiento cosmogónico de los antiguos mexicanos. Analiza con la premisa del colonizador, "lo que no es parecido a lo europeo, es imperfecto, carente, insuficiente". Paz menciona al "Viejo Continente" cuando sabemos que es un solo continente llamado con propiedad Euroasiáticoafricano, porque están unidos y por lo mismo las emigraciones, invasiones e intercambio de los pueblos que han vivido en esa formidable masa de tierra. Sin embargo, Paz no ve el formidable intercambio intercultural que existió en el Anáhuac, donde durante miles de años los pueblos compartieron una misma estructura filosófica-civilizatoria y a pesar del prodigo intercambio cultural, las culturas mantenían sus diferencias. Y no menciona el intercambio cultural con la Civilización Andina.

Caso actual de esta premisa lo representa el estado de Oaxaca, que actualmente cuenta con 16 culturas y cada una de ellas tiene su propio idioma, y aunque viven en estrecha colindancia, no toman préstamos lingüísticos. Paz presupone como negativo que los antiguos mexicanos apreciaran el tiempo [y el desarrollo] de manera cíclica y circular. El hecho de que no apreciaran el tiempo de manera lineal como Occidente, no los hace menos, primitivos o deficitarios. Las nuevas y más adelantadas concepciones científicas nos hablan de una percepción del tiempo y del espacio, más cercana a la de los antiguos mexicanos, que a la de los europeos modernos. El más preclaro filósofo moderno de Occidente, Federico Nietzche, nos habla del "eterno retorno". Finalmente diremos que el intercambio cultural entre todos los pueblos originarios del continente Americano, fue una realidad que no se ha querido ver.

Bástenos ver el discurso icnográfico en todos sus diseños, especialmente la cruz que la investigadora Laurret Séjurne ha llamado "el quincunce", que aparece sistemática y permanentemente en todos los pueblos indígenas del pasado y del presente, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego. Que no seamos iguales al "otro", nos tiene que hacer por fuerza colonizadora menos, parece apreciarse en el texto citado de Octavio Paz. Más adelante el autor de "Vislumbres de la India" hace la siguiente afirmación simplista y colonizada en torno a la conquista en México.



"El ejemplo contrario y complementario es el de los pueblos americanos, que no pudieron resistir a los conquistadores europeos: sus culturas desaparecieron, a la inversa de lo que ocurrió con los hindúes, musulmanes y chinos ante el imperialismo europeo. El Choque entre los españoles y los mesoamericanos fue un violento encuentro entre civilizaciones que se resolvió por la derrota de la mentalidad mágica y la cultura ritualista. La inferioridad científica, filosófica, técnica y política de los mesoamericanos no explica enteramente a la conquista."[pág. 114]



Estos conceptos vertidos por el más insigne de los intelectuales de México a cinco años de terminar el siglo XX, nos demuestran como la "cultura dominante" sigue negando cualquier valor de la civilización del Anáhuac y que mucho menos se "identifica" con ella. Paz dice que los anahuacas no pudieron resistir a los conquistadores europeos. Quien conoce en verdad el proceso de la conquista, entiende que fue producto de la trasgresión filosófica-religiosa que hicieron los mexicas de la Toltecáyotl y el odio que habían logrado inspirar en su contra por los pueblos sometidos por su sangriento imperialismo. La conquista se llevó a cabo gracias a la participación de cientos de miles de guerreros tlaxcaltecas, texcocanos, xochimilcas y demás pueblos que enviaron sus guerreros a pelear del lado del "enviado" de Quetzalcóatl, como sé hacia pasar Cortés.



Además, no se puede comparar el momento histórico y las condiciones en que los pueblos asiáticos se encontraban cuando los europeos iniciaron el contacto. Las culturas de Asia eran muy superiores tecnológica, naval y militarmente que las europeas. Los europeos no fueron a "invadir y conquistar", llegaron en cambio, mansamente a comerciar y a importar tecnología que, posteriormente, utilizaron para la invasión de todo el mundo. En China encontraron la pólvora y la brújula, copiando mejoras tecnológicas para sus naves, que posteriormente las convertirán en potentes naves de guerra. La invasión militar de Europa a Asia se dio hasta el siglo XIX, cuando ya habían logrado asimilar y refuncionalizar la tecnología asiática. Es lamentable que Paz, al igual que los ideólogos del siglo XVI como Juan Ginés de Sepúlveda, defiendan la tesis de que un pueblo guerrero e invasor sea superior al vencido.



"Las personas y bienes de los que hayan sido vencidos en justa guerra pasan a los vencedores. Los vencidos en justa quedan siervos de los vencedores, no solamente porque el que vence en alguna virtud excede al vencido, como los filósofos enseñan, y porque es justo en derecho natural que lo imperfecto obedezca a lo más perfecto..." Juan Ginés de Sepúlveda.



Sorprende que Paz diga que "el encuentro entre civilizaciones se resolvió por la derrota de la mentalidad mágica y la cultura ritualista", pues la cultura de los españoles de 1521 era tan mágica y ritualista como la de los antiguos mexicanos. El propio Bernal Díaz del Castillo describe como Cortés llevaba entre sus hombres a un "brujo" y al que acudieron en varias ocasiones para salir airosos de sus lances. Los rituales de las Cortes Medioevales, como las supercherías de los pueblos europeos eran propios de la Edad Media, la época de mayor oscurantismo de Occidente.



No entendemos como Octavio Paz puede hablar de una inferioridad científica de los antiguos mexicanos, cuando ya se reconoce que el maíz es un hijo de la ingeniería biogenética en el sexto milenio antes de Cristo, nacido en el Valle de Tehuacan, y que los mayas inventaron el cero matemático o que el conocimiento de la mecánica celeste era literalmente perfecto y que el calendario Gregoriano que usa actualmente Occidente, fue producto de la modificación que se le hizo al antiguo calendario Juliano, gracias a los conocimientos que llegaron al Vaticano del Anáhuac.



No entendemos como Paz asegura que los antiguos mexicanos tenían una inferioridad filosófica y técnica, si Occidente no ha reconocido hasta nuestros días que existiera una “filosofía mesoamericana”, que fuera capaz de estructurar y articular un impresionante desarrollo humano que tuvo un recorrido inalterable, por lo menos de tres milanos consecutivos. ¿Dónde está plasmado el pensamiento filosófico en la historia y la filosofía oficial mexicana?



Lamentablemente no existe en los libros de texto oficiales, y sí no existe, ¿cómo es posible que Paz diga que ésta era inferior? La Toltecáyotl sigue viva, presente y vigente en el México contemporáneo, pero es más evidente en el "México profundo", razón por la cual no la "ven" nuestros preclaros intelectuales accidentalizados. Finalmente Paz asegura que existe una supuesta inferioridad técnica de los antiguos mexicanos frente a los invasores europeos. Como ya dijimos, los europeos fueron a Asia a apropiarse de las tecnologías y les dieron un uso guerrero e invasivo. Hasta la fecha, Occidente avanza tecnológicamente a partir de la investigación militar y las guerras.



Pero si la técnica y el conocimiento del Anáhuac no estaban enfocados a los aspectos militares, no necesariamente implicó esto, una "inferioridad" técnica, científica y cultural. Un buen ejemplo para hacer una, ya de por sí, difícil comparación entre Mesoamérica y Europa, es que en el siglo XVI, los españoles encontraron en México-Tenochtitlán, la ciudad más grande del mundo con aproximadamente un millón de habitantes, mientras Paris, que era la urbe más grande de Europa en esos momentos apenas contaba con 62 mil habitantes.
Tenochtitlán en el periodo Postclásico decadente, contaba con la cuadricula que hoy usan las ciudades modernas en el trazo de sus avenidas y calles, que Europa no tuvo de manera regular hasta el siglo XIX.



La ciudad de México tenía agua potable, calzadas, canales, calles. Edificios públicos como: bibliotecas, zoológicos, mercados, bodegas generales, escuelas, baños públicos. La medicina y la higiene era muy adelantada y conocían toda la herbolaria para tener una buena salud, además de las famosas trepanaciones que Europa en ese momento no hacia.



Técnicamente los antiguos mexicanos vivan con una mayor calidad de vida, tanto en alimentación, higiene y salud, educación y deporte; que los europeos. Aunque ciertamente no disponían de su tecnología militar, pero esto, insistimos, no es suficiente razón para suponer una inferioridad técnica, que solo existe en las mentes eurocéntricas y colonialistas. Octavio Paz trata de explicar lo que sucedió en la India en el aspecto religioso, comparando el violento choque religioso que vivieron los antiguos mexicanos. Paz afirma que los indígenas abrazaron la religión cristiana de manera "voluntaria".



Paz no se puede ver más colonizador y desconocedor de la historia y la cultura de su propio pueblo. Ante esta afirmación, debemos suponer que para el autor los antiguos mexicanos se sintieron "liberados" por sus conquistadores y que estuvieron oprimidos por antiguos cultos sanguinarios. Por supuesto que nadie avala los sacrificios humanos, pero lo cierto es que los mexicas vivían un periodo de decadencia filosófica y religiosa [por la cuál pudo ser posible la conquista], sin embargo, tendríamos que tomar en cuenta que en la transgredida ideología mexica, la muerte en sacrificio era una "gracia" y una liberación para el espíritu, que llegaba a la vida verdadera por este medio.



Algo verdaderamente aberrante pero exactamente igual al que tenían los misioneros españoles que creían que sí morían sacrificados en la difusión de su credo, llegarían al reino de los cielos. Muchos misioneros vivían obsesionados en el sacrifico, que iba desde la autoflagelación hasta la inmolación con infieles, para lograr la gracia celestial. Tanto los indígenas como los misioneros que morían en tal condición, pensaban que era un privilegio. Sin dejar de mencionar la opresión que durante toda la colonia significó la misma institución de la iglesia y la Santa Inquisición; tanto para indígenas como para los propios españoles.



Para Octavio Paz, como para muchos intelectuales mexicanos occidentalizados, la presencia de los invasores europeos fue una epopeya por "civilizar al mundo primitivo y salvaje”, que no tuvo ni ha tenido valor y cabida en su proyecto colonizador, más que de ser la materia prima, la mano de obra barata y sin derechos humanos, con la cual construir un "nuevo mundo" para los colonizadores. Los pueblos agredidos, invadidos, saqueados, explotados, violados y escarnecidos, para la mentalidad colonizadora, "salieron ganado" de este proceso histórico según Paz.



“No todo fue horror: sobre las ruinas del mundo precolombino los españoles y los portugueses levantaron una construcción histórica grandiosa que, en sus grandes trazos, todavía esta en pie. Unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas diferentes, adoraban dioses distintos, guerreaban entre ellos o se desconocían. Los unieron a través de leyes e instituciones jurídicas y políticas pero, sobre todo, por la lengua, la cultura y la religión. Sí las pérdidas fueron enormes, las ganancias han sido inmensas.



Para juzgar con equidad la obra de los españoles en México hay que subrayar que sin ellos –quiero decir: sin la religión católica y la cultura que implantaron en nuestro país- no seríamos lo que somos. Seriamos, probablemente, un conjunto de pueblos divididos por creencias, lenguas y culturas distintas." [pág. 116]



Creo que no puede haber mayor comentario a este ultimo párrafo, es dramáticamente explicito. Es claro que para algunos intelectuales y artistas mexicanos, que se supone, deberían de ser las "antenas" y los visionarios de su pueblo, en el caso de un país colonizado como México, han estado y están de parte de los colonizadores-explotadores. Mientras nuestros intelectuales y artistas no se descolonicen ideológicamente. Mientras no aprendan a ver su pasado y su Cultura Madre con otros ojos. Mientras no encuentren inspiración en los valores y principios de la milenaria sabiduría de nuestros Viejos Abuelos. Mientras no analicen de manera objetiva el deshumanizado e injusto sistema colonial en el que hemos vivido desde 1521 los mexicanos, jamás podrán representar los más profundos anhelos y aspiraciones de los pueblos que hoy forman México. Siempre serán ajenos, extraños e “incomprendidos” por el pueblo, y menospreciados por las élites europeas.



Los artistas e intelectuales de México, sino se descolonizan mental y culturalmente, seguirán sirviendo dócilmente para mantener y perpetuar el sistema colonial y el pueblo no podrá contar con ellos para su descolonización.