viernes, 26 de noviembre de 2010

IV.- LA NACIÓN DE LOS CRIOLLOS. 2/3



El problema de los mexicanos es que nos sentimos Occidentales, ya sea españoles o gringos y despreciamos a los pueblos y culturas originales.

Desde 1521, los extranjeros han explotado a los pueblos de esta tierra y han depredado ferozmente sus recursos naturales en favor de sus imperios. Se han valido de la Cultura Original para instaurar su proyecto colonizador, han usado su fuerza, sus recursos, su sabiduría y su creatividad, pero jamás le han reconocido algún mérito. La cultura originaria siempre ha sido para el colonizador: demoníaca, primitiva, denigrante, vulgar, naca y yope.

La cultura colonizadora ha enseñado a "los naturales" a despreciarse a sí mismos y a desvalorarse. Los europeos primero y después los criollos, han creado una cultura de desprecio y ninguneo a todo lo referente a la civilización vencida. La han tratado de condenar al olvido y a la extinción, haciendo de los mestizos, "extranjeros incultos en su propia tierra" y de los indígenas "integrados", indios desindianizados. Ajenos a su historia, a su cultura a sus raíces más profundas y al mismo tiempo, los han mantenido permanentemente despreciados por la cultura colonizadora.

Los colonizadores primero y los criollos después, jamás se han interesado en conocer a las culturas indígenas. Los pueblos indios de ayer y de hoy, NO EXISTEN para las mentes colonizadas, a lo más, son un peligro y un lastre para "cristianizar, colonizar, civilizar, desarrollar, modernizar y globalizar" en estas tierras descubiertas para la gracia del rey de España, la gloria de Dios y el capital financiero supra nacional (FMI, BM, OMC, ONU).

Los pueblos indios de ayer y de hoy, son totalmente desconocidos para los criollos de México. Acaso son vistos sólo como sirvientes, peones o figuras del folclor turístico. Ese diez por ciento de extranjeros nacidos en México (criollos), que poseen más del 70% de la riqueza de esta nación, no conocen y no les interesa para nada el problema indígena de esta nación.

Es una realidad que los criollos desde hace menos de doscientos años gobiernan este país que fundaron a principios del siglo antepasado. Estos criollos, a diferencia de los pioneros gringos, que salieron de Inglaterra para forjar un "nuevo mundo" a base de intenso trabajo hecho "por ellos mismos"; el criollo mexicano, es el pariente flojo, inepto y traidor de los colonizadores españoles, a quienes traicionó en 1810 y los corrió de México en 1828, quedándose desde entonces en la banca rota, pues jamás pudieron generar la riqueza de sus parientes nacidos en España.Mientras el pionero ingles trabajará con sus propias manos y su sudor, el criollo mexicano explotará a los indios de manera más cruel que sus parientes peninsulares, pero será menos productivo. Mientras que para el primero la patria la cimentará en la "Libertad y el Trabajo", para el segundo, la patria se sustentará en la injusticia y la explotación de los mestizos e indígenas.

Los criollos se han encargado de que los mestizos se sientan Occidentales y desprecien sus raíces y su Cultura Madre, y por supuesto el mundo indígena. La t.v. es un claro ejemplo. ¿ha visto usted a morenos en el canal de las barras y las estrellas? Mientras los mestizos aspiran a ser Occidentales, los criollos presumen reiterativa y exageradamente de su origen extranjero, sea este español, libanés, italiano o francés. Mientras los pioneros ingleses despreciaron a Inglaterra, los criollos mexicanos extrañaban a su "madre patria"... la de ellos.

Los criollos durante el siglo XIX intentaron crear "SU NACIÓN" (de la cual estaban excluidos los pueblos indios, los vencidos), se pelearon entre sí (conservadores vs. Liberales), fueron invadidos por los franceses y gringos, perdieron más de la mitad del territorio que habían heredado de la colonia española, entraron en un depauperización, que implicó la pérdida de la producción minera, la pérdida de la autosuficiencia alimentaria y fundamentalmente, el inicio de la acumulación desmedida e ilegal de la DEUDA EXTERNA.

Los criollos fueron tan mediocres, que en el siglo XIX, tuvo que ser un indio y un mestizo, los que pudieron construir su proyecto de nación. Todos los gobiernos, salvo el de Díaz Mori, han tenido que pedir prestado para pagar los intereses de los intereses y tratar de gobernar desde 1828.

Al finalizar el siglo XX, los criollos liberales tocaron fondo en su ineptitud para gobernar y les han cedido el mando a los criollos conservadores, por instrucciones de sus amos supra nacionales. Los nuevos tiempos del mega imperio de los mercaderes esta viento en popa, ante el fracaso de los criollos liberales, hundidos en la corrupción y la ineficacia, entran en su relevo los criollos conservadores para adecuarse a los nuevos tiempos. Sí en el siglo XIX cedieron la mitad del territorio y en el siglo XX, perdieron la soberanía política, en el siglo XXI, los criollos conservadores se disponen a entregar de rodillas al pueblo y al territorio al neoliberalismo, la globalización y al capital financiero supra nacional.

El problema es que existe una piedrita en el zapato. No son los sindicatos, ni los estudiantes, ni los campesinos, menos aún los artistas e intelectuales o los sectores políticos progresistas o la anquilosada izquierda. El problema son los "canijo indios". Que pese a su muerte histórica (en apariencia) se levantan y dicen, literalmente a todo el mundo, un... ¡ya basta!

Es así como podemos ver en la Cámara de Diputados y Senadores, unidos a los criollos conservadores (PAN) y a los criollos liberales (PRI), en contra de la iniciativa de paz de la COCOPA, que reconoce a la existencia de los pueblos y culturas indígenas en el concierto de la nación.

Los criollos conservadores pudieron luchar con las armas y a traición, por imponer en México a un emperador europeo. Los criollos liberales pudieron entregarse con humildad a la política del "Destino Manifiesto" de los gringos y "venderles" por una bicoca más de la mitad del territorio nacional. Los criollos en general pueden entregar a la explotación de los capitales extranjeros al pueblo de México (maquiladoras), pueden regalar el sistema bancario a los bancos españoles y gringos, pueden condenar a pagar al pueblo por varias generaciones la ilegal deuda del FOBAPROA, pueden obligar a todos los mexicanos a pagar religiosamente más de OCHO MIL MILLONES DE DÓLARES anualmente, tan sólo para el pago de ¡!!INTERESES¡¡¡ de la deuda externa y sacrificar el bienestar y desarrollo del pueblo y la nación. Los criollos pueden cínicamente desmantelar el patrimonio que represaban las empresas paraestatales para los mexicanos y regalárselas mutuamente. Los criollos pueden sin vergüenza, cambiar la constitución para que un hijo de extranjeros pueda gobernarnos o que se venda la tierra ejidal, herencia de sabiduría de nuestros Viejos Abuelos. En fin, los criollos pueden traicionar, entregar, vender, destruir, debilitar o asesinar impunemente a la Patria y nadie, pero absolutamente nadie, dice nada, y todo mundo lo acepta con resignación, abrochándose de nuevo con mayor rigor el cinturón y sin buscar culpables.

Sin embargo, cuando los hijos más genuinos de esta patria, cuando los más desprotegidos, humillados y explotados, piden que se les sean reconocidos sus derechos históricos. Es entonces cuando los criollos (liberales y conservadores), se unen en defensa de "SU PATRIA", porque sienten que esta siendo puesta en peligro por los más pobres y desheredados.

Los Barthle, los Fernández de Cevallos, los Jackson, los Calderón ahora se unen "en misión divina", para defender a "SU PATRIA" de las perversas intenciones de los hijos más humildes, más desamparados, más sufridos, más injustamente tratados, los más saqueados y robados, los más engañados, los más ultrajados que después de quinientos años, piden tan sólo, que se les reconozcan con sus derechos y sus diferencias.

¿De cuando acá en México se respeta la ley? Por qué tanto miedo de tan sólo reconocerles (en papel) sus derechos.

El futuro de México es su pasado. La reserva espiritual con la que construiremos un mundo más justo y humano, será con la aportación de la sabiduría de los pueblos indios. Los mestizos necesitamos reconocernos indígenas en nuestra "otra parte" negada durante quinientos años, necesitamos apoyarnos en nuestra Cultura Madre, para destruir el colonialismo metal y espiritual que padecemos, para dejar de ser "extranjero inculto en su propia tierra". Este país no pude seguir siendo más de los voraces, ineptos e insensibles criollos. Tiene que ser de todos, sean estos indígenas, mestizos o hijos de extranjeros avecindados en esta milenaria tierra que les ha dado asilo, salud y riqueza.

V.- LA HIPOCRESÍA DE LOS CRIOLLOS.

La nación mexicana ha sido construida con las ideas de los criollos y con la sangre y el esfuerzo del pueblo. Lo que hoy conforma nuestra patria nació como el resultado de una invasión. Sus cimientos más antiguos (de Estado Nación 1810-1821) vienen de un feroz sistema de explotación e injusticia a los pueblos originarios, el cual duró 300 años en el llamado periodo colonial (1521-1810).

La "Independencia" fue una iniciativa criolla para desplazar a los peninsulares y mantener el sistema colonial de explotación y la dependencia de la corona española. Es por ello que 180 años después, la situación de los más pobres de este país, que según datos razonables pueden llegar al 60 % de la población total, es verdaderamente desesperada y sólo un 6 % de la población tiene la mayor parte de la riqueza. En efecto, la riqueza en México esta en manos de extranjeros, sus hijos y sus descendientes avecinados en estas tierras, desde la colonia, hasta los últimos que han venido a comprar bancos. Los poseedores de los mejores bienes de producción, de las mejores tierras, los mejores comercios, los que tienen acceso a los privilegios del sistema, los que tienen los más altos puestos en el gobierno, indiscutiblemente que son extranjeros nacidos en México en los últimos quinientos años; y digo extranjeros nacidos en México, porque ellos JAMÁS SE HAN QUERIDO DE CORAZÓN ASIMILARSE A LOS VENCIDOS, a los pueblos originarios. Por el contrario, siempre han recalcado sus diferencias raciales y culturales, como un legado de superioridad y de distinción. Sí ellos se hubieran convertido en verdaderos Mexicanos, sentirían al pueblo como propio y no lo tendrían en los niveles de pobreza, ignorancia, explotación y enajenación.

En la construcción de la nación mexicana se ha mantenido el mismo racismo y clasismo que heredamos del periodo colonial, lo peor en nuestro tiempo, es que no se reconoce, se niega y se prohíbe que se toquen estos temas... "incómodos". El contra ataque criollo es afirmar que en México todos somos iguales y que no existe el racismo o el clasismo y que es un tema agotado.

En efecto, amable lector, la sociedad mexicana es una sociedad hipócrita, que no encara sus problemas más graves y profundos de manera abierta y transparente. Por el contrario, se esconden y se nombran de manera indirecta y fundamentalmente NO SE RECONOCEN, a diferencia de nuestros vecinos del Norte que, como todo pueblo, tiene también sus propios problemas. Así es, los gringos no niegan su rasismo contra los negros y las minorías, sin embargo ellos les han dado más oportunidades a los negros que nosotros a los pueblos indígenas. A los negros y los gringos los separa un océano de diferencias raciales y culturales; a nosotros los indígenas, además de ser los pueblos originarios de estas tierras y que vivimos "en y de" su cultura milenaria, resulta que son nuestros parientes sanguíneos y culturales, cosa que nadie quiere reconocer.

A diferencia de Gonzalo Guerrero, aquel marinero que naufragó antes de la conquista en las costas de Quintana Roo y que se asimiló a la cultura maya, casándose con una princesa, teniendo 3 hijos de ella, negándose a embarcar con Cortés, cuando este lo mandó "rescatar" para participar en la invasión, Gonzalo Guerrero tomó las armas para defender A SU PUEBLO de los invasores y fue muerto por ellos. A diferencia de este extranjero que se asimiló a la cultura que lo auxilió (porque hay que decirlo, la mayoría de los criollos llegaron pobres, expulsados por la miseria en que vivían en sus tierras de origen), los criollos se camuflajean como mexicanos pero no se asimilan verdaderamente. Siempre tienen sus capitales en el extranjero y ante cualquier amenaza, históricamente, inmediatamente sacan sus capitales del país. Los criollos nunca se la han jugado con México. Ellos tienen sus propios círculos cerrados, sus clubes deportivos, sus escuelas, sus centros comerciales, celebran sus propias fiestas. Los criollos se apoyan y se auxilian entre ellos y al mismo tiempo son feroces explotadores con los mestizos y los indígenas. A lo largo de estos 180 años han tenido al pueblo en la miseria a pesar de que las tierras de esta nación, históricamente, son poseedores de cuantiosos recursos naturales, ayer el oro y hoy el petróleo, la situación no a cambiado, ayer la encomienda hoy la maquila, la cuestión es explotar inhumanamente a los pueblos originarios y sus descendientes y verdaderamente DEPREDAR sus recursos naturales sin la menor consideración.

El salario mínimo y la televisión comercial mexicana son un ejemplo claro y contundente de lo que afirmamos. Los que han "dirigido" nuestra nación, los que nos han "gobernado" desde 1521, jamás les ha interesado EN VERDAD el desarrollo, bienestar, educación y felicidad del pueblo. La demagogia política y económica busca el supuesto bienestar y desarrollo de los mexicanos todos, pero eso es sólo cuento electorero, pues la realidad y las estadísticas no mienten.

México es la treceava economía del mundo y tenemos más pobres en extrema pobreza que China que tiene más de mil trescientos millones de habitantes. México es el país que más mega millonarios tiene (todos criollos) y al mismo tiempo compite con la república Dominicana, por el más alto índice de inequidad en el reparto de la riqueza. El pueblo de México esta condenado a pagar a los grandes capitales financieros, entre 7 y 10 mil millones de dólares al año, por el concepto de intereses, no abono al capital.

Los criollos ante la suma de sus incapacidades y estrepitosos fracasos, en el siglo XIX perdieron más de la mitad del territorio que habían heredado de los peninsulares y el sistema colonial, en el siglo XX llevaron tan torpemente la economía y la política que, entregan el país al capital financiero supra-nacional y ponen de rodillas a los millones de mestizos e indígenas, perdiendo definitivamente la soberanía nacional. Desde luego que salvándose ellos solos y haciéndose "socios" de los nuevos colonizadores. Se entregan dócil y cínicamente a sus nuevos amos, aduciendo que "la globalización no se puede detener y que el nacionalismo esta caduco en el nuevo orden internacional" y sin embargo, las poderosas naciones neo-coloniales, refuerzan más sus fronteras y exacerban más sus nacionalismos imperialistas, el caso más claro es el que sufrimos con nuestros vecinos del Norte, donde entre muchas cosas, no dejan pasar a nuestros trabajadores ni a nuestros transportes.

Pues bien, amable lector, llamó a usted su valiosa atención en estas consideraciones, pues resulta innegable que la "IDIOLOGÍA CRIOLLA" domina la política, la cultura y a la sociedad mexicana. Es necesario ver y entender desde esta perspectiva el bloqueo para que se reconozcan los derechos históricos de los pueblos indígenas de México que, durante 480, sistemáticamente se les han negado. La cerrazón de muchos de los panistas, priístas y perredistas, que se unen en el Congreso de la Unión, para detener un iniciativa que fue elaborada por la COCOPA sobre la Ley Indígena y que, como se vio, posee con el respaldo y simpatía del pueblo de México.

El problema del EZLN, no es un problema regional, ni sólo de dimensiones indígenas. Por el contrario, es un problema de carácter nacional e internacional, es la lucha desesperada de los más pobres contra los más ricos, es la lucha de la deshumanización en contra de los más esencial del espíritu humano, es la lucha por la sobre vivencia de la raza humana.

viernes, 12 de noviembre de 2010

LA IDEOLOGÍA CRIOLLA EN LA CONFORMACIÓN DE LA NACIÓN 1/3


                        I.- PROLOGO.

En los inicios del siglo XXI, frente al derrumbe del sistema priísta que gobernó a México durante los últimos tres cuartos del siglo XX, en el despertar de la sociedad mexicana y la irrupción del movimiento indígena del EZLN, frente a los cambios que esta operando el nuevo "orden mundial", en medio del caldero de esta sociedad que indiscutiblemente se esta transformando, es necesario y saludable, ventilar los grandes problemas de la joven nación mexicana. No sólo es menester analizar la situación de los indígenas, sino también la de la cultura dominante. En efecto, la ideología criolla se ha mantenido incólume en los últimos 180 años y muy pocos se han atrevido a cuestionar y analizar este fenómeno. México es una nación exageradamente racista y clasista, donde la injusticia y la explotación en la que se ha mantenido a los mexicanos herederos de los pueblos originarios, sean estos indígenas o mestizos, en gran parte tiene su origen en una ideología que se ha sabido esconder en la simulación y la hipocresía social e institucional.

Los mexicanos en general, no aceptamos que somos racistas, clasistas e indígenas.
Los colonizadores nos han enseñado a negar y a denigrar a nuestra Madre Cultura. La cristianización, la civilización, el progreso, la modernidad y la globalización, cada una, desde 1521, implicó la negación y desprecio de lo propio, por la exaltación y copia exacerbada de lo ajeno.


Para poder construir una nueva sociedad, de cara al nuevo siglo, requerimos inaplazablemente, analizar y reflexionar de manera descarnada y valiente, nuestros profundos problemas estructurales que, indiscutiblemente son de orden Cultural. Los mexicanos no hemos podido cancelar el periodo colonial en nuestras relaciones sociales, económicas, políticas y culturales. La colonización cultural ha sido el instrumento con el cual se ha amordazado nuestro rostro y nuestro corazón, nuestros sentimientos y nuestros pensamientos, nuestros valores y nuestros principios, en síntesis, el amor y respeto a nosotros mismos y a nuestros Viejos Abuelos. Es momento ya de iniciar la marcha para definitivamente salir de nuestro "laberinto de la soledad".

II.- EL SISTEMA DE CASTAS EN MÉXICO


Los mexicanos de ahora formamos parte de una de las seis civilizaciones más antiguas del mundo. Los primeros siete mil quinientos años de existencia vivimos en un riguroso orden social.

En efecto, la organización social de los antiguos mexicanos fue de un orden estricto y de una compleja estructura en la que el grado de desarrollo espiritual conformaba los niveles sociales. Esta rigurosa estructura social aún en los decadentes tiempos de los aztecas en el período conocido como Postclásico, se mantuvo aunque con un sentido degradado. Superviviente de este orden social, podemos apreciar en las comunidades indígenas el sistema de cargos y el alto sentido espiritual de estas sociedades.


Con la llegada de los invasores en 1519, la civilización milenaria sufrió el holocausto más pavoroso de la humanidad. Hasta la fecha no se conoce y difunde los crímenes, horrores e injusticias que se cometieron contra de nuestros indefensos antepasados durante los primeros trescientos años del sistema colonial impuesto hasta nuestros días. Conocer lo que sucedió en esos trescientos años de colonia, nos ayudaría a entender en gran parte muchos de nuestros actuales problemas como pueblo. Los judíos lo refrendan cada año a nivel internacional y de muchas y diversas formas, para aquellos que opinen que esto es ocioso.


Una de las bases en las que se sostiene el actual orden de injusticias en nuestro país, es precisamente el hecho que la mayoría de los mexicanos desconocen el pasado. El Estado colonial desde 1521 se ha preocupado por mantener en calidad de amnésico al pueblo de México, lo ha logrado desposeer de su memoria histórica.


Para que el sistema colonial de explotación funcionara eficientemente en la extracción y depredación de nuestros recursos naturales a favor de la corona española, se instauró un estricto sistema de castas.


En efecto, el sistema de castas es el mecanismo con el cual se puede sin ningún aparente problema de orden moral o ético, llegar a los extremos más deshumanizados de la explotación de los seres humanos. Se requiere crear un orden social en el que la explotación de los seres humanos y la pérdida de sus derechos más elementales, dentro de un orden establecido, que comunmente llaman "estado de derecho", permita la obtención de inmensas ganancias de unos cuantos sobre grandes conglomerados humanos a cualquier precio. Se requiere crear un espejismo con el cual sin el menor recato y con el mayor cinismo se puedan enriquecer unos cuantos a costa de la mayoría. Un arreglo "moral y ético" de carácter social que en nombre de la corona española o de las fuerzas del mercado, se pueda condenar a la más impensable miseria a una inmensa mayoría de personas con el mayor cinismo de acuerdo a "la ley y el orden establecido".
 
El sistema de castas desde un principio estableció una pirámide en donde en su vértice superior se ubicaron los españoles nacidos en España y en la parte más baja, en la base que sostiene este orden social estaban los indígenas. Debajo de los "gachupines" estaban los españoles nacidos en México, aunque eran hijos de padre y madre nacidos en España, por el sólo echo de nacer en México pasaban a un segundo nivel. Los criollos no podían acceder a los puestos más altos del poder político, militar, económico y religioso, que era reservado sólo a los gachupines. Después le seguían los mestizos, generalmente de padre español y de madre indígena.

La violación sistemática y sin ninguna pena legal de las indígenas a manos de los españoles desde los primeros días de la conquista, se tomó como un derecho inobjetable de los vencedores sobre los vencidos.

Después seguían los negros, pues como eran artículo de importación de Africa, su costo les permitía tener un nivel alto entre los de abajo. Finalmente estaban los indígenas que durante gran parte del siglo XVI fueron considerados animales, carentes de alma y por lo cual podían ser tratados como animales de trabajo sin ningún derecho. Tuvo que realizarse un juicio en el Vaticano para demostrar que los "naturales" tenían alma. Si los naturales no eran animales, ni humanos, entiéndase europeos, entonces fueron designados como ¡indígenas!. Nombre ambiguo que les escamoteaba la condición humana y permitía su explotación.


Para que el amable lector tenga una idea del holocausto mexicano, el mayor en la humanidad, le podemos decir que en los primeros cien años de colonia, los europeos mataron por medio de las armas, los trabajos forzados y fundamentalmente con enfermedades traídas de Europa a aproximadamente 20 millones de personas. México no volvió a tener 20 millones de habitantes hasta la década de los cuarentas en este siglo. Se calcula que para 1621 en la Nueva España existían un millón de indígenas y para 1800, tres siglos después, según un censo se supone que había cinco millones de personas en la Nueva España y de ellas, sólo setenta mil eran españoles nacidos en España. De esta cifra podemos deducir dos cosas, la primera es que el poder estaba terriblemente concentrado en unos pocos, (cosa que mantiene hasta la fecha el sistema colonial) y segundo, se supone que actualmente existen más de diez millones de indígenas en el país según los datos del INEGI, lo que comprueba que lejos de extinguirse, los pueblos indígenas están en plena expansión y se han sobrepuesto al proyecto de extinción al que estaban condenados como en Uruguay, Argentina o Estados Unidos.

Entre estas castas existía un número considerable de "subcastas" que venían de la cruza entre ellas, nombres como "saltapatras o lobo", nos hablan de esos pobres que no eran ni una ni otra cosa.

Este riguroso sistema de castas impedía la movilidad social. Oficios y trabajos, formas de vestir y hablar, lugares donde vivir, situación económica y futuro, estaban ya estrictamente preestablecidas, nadie podía cambiar de casta y de su nacimiento debía llevarla como una condición imprescindible para vivir en la sociedad colonial y si se quebrantaba este orden social, la muerte pública era el castigo con el que se pagaba el atentar contra el "estado de derecho colonial".

Así como la guerra de conquista fue una lucha entre indígenas aprovechada por los españoles, la guerra de independencia fue una guerra entre españoles peninsulares (gachupines) contra españoles nacidos en América (criollos). En efecto, después de trescientos años de ese injusto sistema de castas, no fueron los indígenas o los mestizos los que estallaron en rebeldía, sino los españoles nacidos en América que no soportaron ser segundones en la explotación de la colonia y sus habitantes. Los criollos muy hábilmente usaron a los indígenas en contra de los gachupines y por eso el cura Hidalgo en Dolores dijo... ¡a matar gachupines! Y trescientos años de injusticia fueron el fuego que alentó durante once años la guerra de independencia, que finalmente ganaron los criollos para quedarse con el poder colonial a través de la traición de Iturbide (criollo) a los gachupines, que le habían armado un costoso ejército para acabar a Guerrero y que en Acatempan, se realizo la "primera concertasesión" de nuestra reciente historia.


Se cambió todo para seguir igual. Con el triunfo de la guerra no se desmanteló el sistema colonial de explotación sólo cambiaron los mandos, ayer gachupines hoy criollos, más nada.

De 1821 a nuestros días el sistema colonial sigue en pie. Maquillado, el sistema de explotación deshumanizada de los de arriba sobre los de abajo es la realidad cinco centenaria de nuestro país. Por consecuencia el sistema de castas sigue vigente aunque muy maquillado y agazapado en la hipocresía social y la gubernamental.

Los extranjeros siguen teniendo el "sartén por el mango" y se siguen "despachando con la cuchara grande". La mayor parte de la riqueza se iba a España para la corona española, en nuestros días, la mayor parte de la riqueza que se extrae, se va vía el pago de servicio de la deuda externa a manos del capital financiero supranacional. En los últimos diez años, todos los mexicanos hemos pagado 445 mil mdd, sólo de intereses. Es la misma encomienda solo que más refinada y más letal.

En el actual sistema de castas los extranjeros y criollos siguen ocupando los primeros sitios de la pirámide de explotación. Lea aquellas listas de los "mexicanos" más ricos, de los sistemas nacionales de creadores o de investigadores, ... casi puros criollos. Un ejemplo de lo extremadamente racista que es la sociedad mexicana es que en la T.V nacional, no aparecen personas morenas, sólo güeritos... se ha dado cuenta?. Después les siguen los mestizos, que con sus cremas blanqueadoras y sus tintes para el cabello, pretenden "discretamente" dar un saltito para arriba. Ayer el título nobiliario, hoy el título académico. Se ha fijado que cuando les preguntan el nombre a esas personas "don nadie", inmediatamente contestan con, "licenciado, ingeniero, contador fulano de tal". Sin embargo, en esto de los títulos académicos, ahora no basta con decir soy licenciado, sino... de qué universidad egresaste. Aunque siendo balnquito y de ojos azules, en México ya no se necesita título.

Los mexicanos vivimos una sociedad hipócrita donde el racismo y las clases sociales definen directamente grandes procesos sociales. En México seguimos aceptando sin remordimiento y vergüenza, que existan los vencedores y los vencidos. Que existan más de la mitad de mexicanos en la pobreza y que eso no nos afecte, ni nos preocupe. Cómo en la colonia, podemos ver sin inmutarnos que mueran decenas de miles de personas por hambre, enfermedades o trabajos forzados. Actualmente en México, según la UNICEF, se mueren diariamente 500 niños mexicanos, de recién nacidos a cinco años por problemas generados por la miseria, cada día... y a nadie le importan esos niños. Son sólo pobres, indigentes, indígenas, es decir, "no son ni seres humanos ni mexicanos". A muy pocos que tienen el poder, en verdad les importa que el salario mínimo no alcance para cubrir las necesidades mínimas de la vida cotidiana. En México existe la "gente bonita" y "los otros".

Permanencia de un sistema colonial camuflado, en México los explotadores no se comprometen con el futuro y bienestar de los explotados, ni con el de la nación. Ante cualquier amago, inmediatamente amenazan con sacar sus capitales e "irse a su tierra". En México no existe verdadero compromiso y preocupación por los pobres y los pueblos originarios; todo es simulación y corrupción, simple demagogia política e hipocresía social. El sistema de castas sigue imperando y esta vigente; ahora es más sutil e hipócrita, pero no menos feroz.

III.- LA IDEOLOGÍA CRIOLLA.


¿Qué es la nación mexicana? ¿Cómo se formó y cuando? ¿Cuáles fueron los verdaderos motivos e intereses?


Sí no conocemos el pasado, no podremos entender el presente y mucho menos diseñar nuestro futuro. Los pueblos amnésicos están condenados a repetir permanentemente sus errores y vivir permanentemente "en el laberinto de la soledad".

Los Estados Unidos Mexicanos nacieron en 1821, cuando se consuma la larga Guerra de Independencia, de este modo estaremos cumpliendo este año apenas 180 años que vivimos en un Estado-Nación.


Antes, ¿cómo vivimos? De 1521 a 1821, el territorio que hoy ocupa la mitad de Estados Unidos, gran parte de Centro América y México, conformó el Virreinato de la Nueva España, perteneciente a la corona española. Es decir, fuimos una "colonia" de España. La colonización implica explotación.


¿Qué fuimos antes? Bueno, lo que hoy es México fue la cuna de una de las seis civilizaciones más antiguas de origen autónomo del mundo. Se supone que aproximadamente en el año seis mil a.C. nuestros Viejos Abuelos inventaron la agricultura, el maíz y la milpa, con este fabuloso tesoro de conocimientos se inició el largo asenso de la especie humana en esta parte del mundo.

Comenzamos desde ser bárbaros, nómadas, cazadores, recolectores; pasamos por el largo período de la sedentariazación, aproximadamente cuatro mil quinientos años, hasta llegar al inició de la primera cultura del Anáhuac llamada Olmeca, situada entre Veracruz y Tabasco. En efecto, los Olmecas inician su cultura en el año mil quinientos a.C. en La Venta y Comalcalco, se hacen las primeras construcciones monumentales y se esculpen las famosas "cabezas olmecas". Este primer período termina en el año 200 a.C. y se le llama Preclásico o formativo. Casi seis mil años de inventar absolutamente todos los conocimientos en las áreas de las matemáticas, geometría, astronomía, filosofía, ingeniería, arquitectura, medicina, botánica, zoología, lingüística, y construir un complejo y justo sistema social, un lenguaje artístico y una estructura místico-religiosa; que serán los cimientos para desplantar la soberbia construcción espiritual que fue el período luminoso llamado clásico o del esplendor, que va del 200 a.C., al 850 d.C. aproximadamente. En estos mil años, los Viejos Abuelos estructuraron, implementaron y decantaron un maravilloso y extraordinario proyecto social, que indudablemente estaba dirigido a desarrollar el potencial espiritual de los individuos a través de la búsqueda de la trascendencia espiritual de la vida material.


Este ha sido el mayor objetivo de los pueblos sabios y milenarios en la historia de la humanidad, con excepción de los europeos, que siempre han estado en la búsqueda del desarrollo de la materia. En efecto, Mesopotamia y Egipto primero y después, China, India, la Zona Andina y México, que son las civilizaciones más antiguas de la humanidad, han ubicado en la punta más alta de su aspiración, la trascendencia espiritual de la vida material.

Los llamados Toltecas en el período clásico o del esplendor, lograron la cúspide de su proyecto social e inexplicablemente, alrededor del año 850 d.C. destruyeron sus centros de conocimientos, hoy llamados zonas arqueológicas, las cubrieron de tierra y literalmente desparecieron de la faz de la tierra. Este es uno de los grandes misterios de la Historia Universal.


Del año 850 d.C. a la llegada de los españoles en 1519 transcurrieron 669 años que se conocen como el tercer período llamado Postclásico o decadente. En el abandono de sus grandes maestros, los pueblos del Anáhuac transgredieron las normas morales, éticas y sociales que había implantado el Venerable Maestro Quetzalcóatl. A final de este período llegaron los aztecas del Norte. Pueblo nómada y bárbaro que ni siquiera hablaba náhuatl. De la nada y en poco tiempo los Aztecas se culturizaron con los pocos remanentes de sabiduría que quedaban de los Toltecas y en 1325, fundan la ciudad de Tenochtitlán, apenas 194 años antes de la llegada de los españoles. Los Aztecas harán la primera "reforma educativa" y mandan quemar los códices antiguos donde se recogía la sabiduría Tolteca y cambian la historia, quedando ellos como el pueblo elegido y desconociendo las enseñanzas de Quetzalcóatl y suplantándolo por su Dios tribal llamado Huitzilopochtli. Esta trasgresión la pagarán muy caro con la llegada de Cortés quien usurpo la imagen de Quetzalcóatl y la usó para realizar la conquista.

Sí los historiadores no mienten, resulta que lo que hoy es el territorio nacional tiene una antigüedad cultural de aproximadamente 8000 años de los cuales, 7500 son de origen anahuaca o indígena, pues los Viejos Abuelos le llamaban a su tierra el Anáhuac y ellos en consecuencia eran anahuacas. Después siguieron 3 siglos de quedar sujeta a la corona española como una colonia llamada Virreinato de la Nueva España. Después han seguido casi 2 siglos de vivir en lo que hoy conocemos como la República Mexicana.


De esta manera podemos apreciar que los primeros siete milenios y medio vivimos en un proyecto social construido por una civilización que ponderaba los valores colectivos y espirituales, con sus altos y sus bajos, pero donde se encuentra los más sólidos y profundos cimientos de todo cuanto en verdad somos. Después vienen 3 siglos donde el proyecto es de explotación de los pueblos vencidos y la depredación de sus recursos naturales con el único fin de hacer riqueza, tanto para los españoles, como para la corona. En esos 300 años España nuca implementó un proyecto de desarrollo para mejorar la vida de los pueblos invadidos y vencidos. Las leyes, las instituciones y las autoridades implantadas por la corona buscaron solo "regular" las relaciones de explotación entre españoles, pues en el estricto Sistema de Castas, los indios y los negros casi no tenían derechos y sí los hubo, poco caso se les hacía. Las leyes que venían de España y que procuraban defender a los indios de la feroz explotación y de la injusticia, acababan en el clásico "acátese, pero no se cumple" de las autoridades virreinales.


Después de la traición de los criollos a sus parientes los españoles en 1810, donde los conspiradores desesperados por haber sido descubiertos, involucraron a los indígenas a través del cura Hidalgo a que se levantaran y mataran gachupines. Después de 3 siglos de injusticias, bastó para que un cura llamase a la insurrección a los resentidos y agredidos pueblos indios en contra de sus opresores, los gachupines.


Los criollos utilizaron a los indígenas para destituir del poder a los españoles peninsulares. La guerra de Independencia no fue contra España, sino contra los gachupines que tenían el control total del Virreinato, toda vez que el Rey de España estaba preso en Francia, ya que Napoleón Bonaparte había invadido España y la gobernaba su hermano "pepe botella".

Los criollos lograron la independencia política de España, pero mantuvieron el sistema colonial de explotación de los pueblos invadidos y despojados. Durante el siglo XIX los criollos se dividen en dos bandos, conservadores y liberales, masones escoceses y masones yorkinos, en centralistas y federalistas o como dice el historiador Harlod D. Sims, en "criollos cosmopolitas" simpatizantes de los españoles y los "criollos nativistas" enemigos de los españoles. Los dos bandos crearon una nación "para ellos", donde los mestizos "se metían a fuerzas", pero no eran bien vistos y definitivamente los pueblos indígenas no tenían ningún espacio en esta "nueva nación" como las que estaban surgiendo en Europa. Paradójicamente fue un indio y un mestizo quienes lograron consolidar el proyecto criollo a finales del siglo.


En el siglo XX, los "criollos cosmopolitas" fundamentalmente se dedicaron a los negocios y los "criollos nativistas" a la política, sin embargo, a finales del siglo y por factores internos (la corrupción, la pérdida de la credibilidad y los excesos) y externos (el neoliberalismo y la globalización), hacen que los "criollos cosmopolitas" tomen el gobierno y la política.


El tercer milenio se inicia con un gobierno de criollos cosmopolitas, donde los mestizos han perdido casi toda su identidad cultural y han quedado como "extranjeros incultos en su propia tierra", ajenos a sí mismos, exaltando lo ajeno y despreciando lo propio, creyéndose auténticos "hijos del canal de las barras y las estrellas", aspirando a convertirse de faxtrac en gringos de tercera.


Iniciamos el siglo XXI en guerra contra los pueblos indios, contra los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos, contra los auténticos herederos del Anáhuac a quienes los criollos, ahora unidos, no les permiten ninguna oportunidad de desarrollo y bienestar, donde les escamotean legaloidemente sus más esenciales derechos a existir como pueblos y culturas.


Unidos los criollos y en misión divina defenderán hasta el ultimo hombre esta "su patria". Conservadores y liberales, centralistas y federalistas, panistas y priístas, defendiendo juntos sus intereses y el derecho, su derecho, al despojo, al engaño, a la explotación, defendiendo juntos la usurpación histórica de su ideología y su poder.

Fernández de Cevallos, Calderón, Bartlet, Jakson y Ortega, son un claro ejemplo de la ideología criolla, en su lucha histórica en contra de los pueblos indios de México.