martes, 23 de diciembre de 2008

CARLOS SLIM ES UNA VERGÜENZA PARA EL PAÍS…símbolo de la neo-colonización y el criollismo.



La riqueza de Carlos Slim Helú es el reflejo de la desgracia en que vive el pueblo de México. Cómo es posible que en un país de pobres tan pobres, se enriquezca un hombre a tal grado, que no haya otro más rico que él, en cualquiera de las super potencias económicas del primer mundo.


La respuesta es que MÉXICO ES UNA COLONIA EN PLENO SIGLO XXI. Los extranjeros siguen llegando como piratas por la riqueza, como en el siglo XVI. Pueden destruir y someter a los pueblos nativos inmisericordemente. La riqueza de Slim es un insulto y una vergüenza para México y los mexicanos.


Nos habla de la injusticia y del abuso. De las estructuras de corrupción en el poder económico y político. De que no existe justicia y mucho menos equidad. Que el gobierno trabaja y sirve a los intereses de unos cuantos (en general a extranjeros o intereses extranjeros). La historia de cómo Slim ha llegado a amasar tal cantidad de dinero, es la historia de muchos extranjeros que, llegando con una mano a tras y otra adelante, en poco tiempo pueden hacer estos increíbles y deshumanizados capitales.


Esto nos demuestra que no existe justicia y mucho menos democracia. No es que el señor Slim sea más inteligente y trabajador que cualquier mexicano, lo que sucede es que es el más hábil y perverso en un sistema corrupto y despiadado de explotación. Nos habla de los ríos de corrupción, que corren bajo los cimientos de la iniciativa privada y el gobierno en sus más altas esferas.


Un puñado de extranjeros tienen la mayor parte de la riqueza que los mexicanos producimos. ¿Esto es justo? ¿Por qué el sistema lo permite? Los diez hombres más ricos de España son "pobres" al lado de los 10 más ricos de México. Y los 10 más ricos de España son españoles y los de México son extranjeros avecindados. Por qué en España las estructuras de poder económico y político no lo permiten y en México si. La respuesta es porque MÉXICO NO ES DE LOS MEXICANOS…es una Colonia de los extranjeros.


Cómo es posible que en México esto se pueda dar y en Estos Unidos, Japón, Alemania o Francia no. ¿Por qué los gobiernos de estos países no permiten que un hombre se aproveche de su poder económico y político para someter a las instituciones y al mercado? En que clase de país vivimos, cuando nos parece “normal” que los extranjeros tengan las mejores empresas, las mejores tierras, las mejores concesiones, los más altos privilegios fiscales y políticos, los más grandes capitales, las empresas más rentables, los más importantes medios de comunicación.


Carlos Slim es el símbolo más claro de la ideología criolla y la explotación, el abuso y la injusticia que vivimos los mexicanos. Este país no nos pertenece. Este país es de los extranjeros y de los hijos de los extranjeros que nacieron aquí desde hace varias generaciones, pero que, se siguen sintiendo extranjeros…es decir… “superiores-colonizadores”.


No aman a esta tierra, no ven como hermanos a los mexicanos, no les preocupa el futuro de este país, no les importa la gente de este país, no se conmiseran del más débil, del más pobre, del ignorante, por el contrario, los usan, los explotan y los abusan y promueven su desgracias. No tienen ojos ni corazón para ver la pobreza, el hambre y la injusticia. Viven encerrados en sus fortificadas mansiones, sus exclusivas y seguras colonias residenciales, sus hijos pequeños estudian en carísimos colegios bilingües y los jóvenes se van a estudiar al extranjero, compran en carísimas tiendas de lujo, comen comida importada y vinos europeos…viven “como en el extranjero en medio de la nopalera”.


Ven con desprecio este país y este pueblo, del que chupan como garrapatas. Pareciera que todo lo que tiene raíces autóctonas es despreciable para ellos, sus paradigmas y sus valores están en el extranjero. Su desgracia es vivir en México y tener que convivir con los mexicanos.


Por supuesto que no todos los extranjeros son así. Y por supuesto también, que existen muchos, diría yo…demasiados “nativos”, que piensan y sienten igual que este tipo de extranjeros. Esta es la razón por la cual hablamos de una “IDEOLOGÍA CRIOLLA”, que se define como la visión de los vencedores en un país colonial. Esta ideología alienta la corrupción, el abuso, el cinismo, la falta de respeto a las leyes y a las instituciones, al orden social…justamente porque en este medio descompuesto, se florece y se multiplica el abuso y la injusticia…se enraíza la impunidad.


Este es el punto de esta entrega, amable lector. Quienes auspician la corrupción, la desintegración social, la pérdida de valores morales y éticos, quienes alientan el embrutecimiento del pueblo, su vulgarización, su ignorancia, su enajenación, la pérdida de tradiciones y costumbres ancestrales…son justamente los colonizadores a través de la “ideología criolla”.


Son ellos los que se benefician y alientan que en el gobierno se robe…porque ellos roban mucho más. Son ellos los que se benefician que el pueblo este embrutecido…porque así no se da cuenta de lo que le hacen y de lo que sucede.
En un país en el que el gobierno y las instituciones se preocuparan por el sano desarrollo con justicia y equidad del pueblo…no existirían los Carlos Slim…grandotes y pequeños, nacionales o extranjeros, ni la pobreza inconmensurable en la que viven muchos mexicanos. Un gobierno emanado del pueblo y trabajando para el pueblo, no permitiría la corrupción, el abuso, los monopolios, los excesos del poder económico, las prebendas fiscales, las excepciones de la ley para los ricos y los políticos mafiosos. Un gobierno “que mandara obedeciendo la voluntad y las aspiraciones más elevadas del pueblo”, jamás permitiría una radio y una televisión que hace tanto daño a la familia, a los niños y jóvenes, a la sociedad. Un gobierno que representara los verdaderos intereses de las mayorías, no permitiría que los ricos cada día fueran más ricos y los pobres más pobres…buscaría la equidad y la justicia social, la educación, el reparto más equitativo de las oportunidades y con ello, de la riqueza.


UN GOBIERNO QUE TRABAJARA POR EL BIEN COMÚN, apoyaría a los campesinos y la producción de los alimentos. A los pequeños y medianos industriales y comerciantes. Fortalecería la salud pública y apoyaría a los laboratorios mexicanos. Haría eficiente y eficaz el sistema educativo, acabaría con la corrupción burocrática de la SEP y del SENTE, apoyaría a las universidades públicas y haría de la EDUCACIÓN EL MEDIO PARA SUPERARSE, tanto individualmente como socialmente. La educación debería ser el motor de la nación y el medio más justo y honesto de vivir mejor y “Ser mejor” persona, padre de familia, ciudadano, amigo.


Un gobierno que trabajara por el bien común, alentaría la concientización y organización de los ciudadanos, alejándola de la politiquería y encausándolo por las milenarias formas de organización y participación social del México antiguo, como es la asamblea, el tequio, la guelaguetza, el sistema de cargos, los comités ciudadanos, etc. En síntesis, apoyaría la creación del PODER CIUDADANO y limitaría las corruptas instituciones políticas, nido de ratas parásitas y gente ignorante, abusiva, oportunista y rastrera. Volvería a renacer EL VALOR DE SERVIR A LA COMUNIDAD y no servirse de ella. Restablecería la milenaria misión del servidor público de MANDAR OBEDECIENDO.
Esta es la razón, amable lector, por la cual el señor Silm y sus secuaces, no permiten que el pueblo de México recupere su memoria histórica, su orgullo y su dignidad. Pues de hacerlo, al volverse concientes, los gobiernos corruptos caerían y estos sujetos no podrían hacer los grandes negocios, ni las grandes riquezas, la competencia sería justa y equitativa y el interés de la nación y del bien común estaría por arriba de cualquier otro.


No podrían seguir explotando al pueblo y depredando los recursos naturales. México dejaría de ser un país colonial y ellos se tendrían que sujetar al imperio de la ley y tendrían que deponer sus mezquinos intereses a favor de los de la nación o regresarse a sus países de origen.


El futuro de México está en su pasado. NECESITAMOS REDESCUBRIRNOS A NOSOTROS MISMOS. Saber de qué estamos hechos los verdaderos hijos del Anáhuac y revalorar el potencial de sabiduría que hemos acumulado a lo largo de 8 milenios de desarrollo humano, somos una de las seis civilizaciones más antiguas del mundo. Lo que nos sucede, es que en los últimos 500 años, los Cortés, los Iturbide, los Santa Anna, los Limantur, los Bailleres, los Salinas Pliego, los Arango, los Azcarraga Jean, los Aramburuzavala, los Saba Raffoul, los Zambrano, los Harp Helú y los Hernández Ramírez, se han encargado de hacernos sentir incapaces, impotentes, vencidos.


Nos han tratado de quitar la palabra, la memoria, los conocimientos, los espacios y el sentido místico y espiritual por la vida y el mundo, reduciéndonos a miserables colonizados con aspiraciones de colonizadores de nosotros mismos, mientras ellos, se siguen hinchando de dinero en un paraíso colonial que ellos llaman incorrectamente “México”.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

OCTAVIO PAZ Y SU PERCEPCIÓN DEL MÉXICO INDÍGENA.


“Don Juan
nunca se cansaba de repetir que ya sea como eruditos
o como legos somos miembros y herederos de la tradición
de Occidente, lo cual significa que, independientemente de nuestro
nivel de educación y sofisticación, somos prisioneros de esa tradición
y su manera de interpretar la realidad”.
Florinda Donner.


México es un país con dos realidades en lucha permanentemente, a veces de manera estridente y sangrienta, otras veces, silenciosa y subterránea, pero siempre manteniendo estados de tensión dinámica.
Dos visiones del mundo diferentes, dos posiciones irrenunciables, dos maneras de entender el mundo y la vida. Una que viene desde el inicio de la civilización Madre, miles de años antes de la era cristiana y la otra que llegó con los europeos.

A lo largo de más de siete mil quinientos años los pueblos originarios crearon sus culturas, que en conjunto forman parte de la civilización del Anáhuac. Esta civilización, que es una de las seis más antiguas y con origen autónomo de la humanidad, creó a lo largo de milenios sus propias instituciones, leyes y autoridades, que le permitieron impulsar, organizar y regular su Desarrollo Humano.

Sin embargo, a partir del 13 de Agosto de 1521 los europeos condenaron a la destrucción y a la negación a la civilización vencida. Desde la misma destrucción de México-Tenochtitlán que en su momento era la ciudad más grande del mundo, pasando por la destrucción de sus instituciones, leyes y la deposición de sus autoridades; la negación de sus sistemas: alimentario, de salud, educativo y de organización, hasta llegar al mismo genocidio.

A partir de 1521 los europeos no tomarán en cuenta a la civilización vencida, sin embargo, usarán y explotarán exhaustivamente todos sus conocimientos y recursos. Durante los tres siguientes siglos la única preocupación de los españoles es cristianizar a los naturales y en los siguientes doscientos años, los criollos tratarán sucesivamente de civilizarlos, integrarlos y modernizarlos. Siempre serán una carga, un lastre pesado para alcanzar su proyecto civilizatorio que permanentemente ha excluido a los vencidos y tiene los ojos puestos en el extranjero.

De este modo, en México desde 1521, la “CULTURA”, ha sido la Occidental y la de los vencidos, sólo ha sido folclor. El “ARTE” ha sido de Occidente y la artesanía de los vencidos. La “MEDICINA” del europeo y la brujería del indígena. La “HISTORIA” ha sido la de Europa, las leyendas y los mitos de origen, la memoria de los pueblos originarios. Y así, en todos los campos del conocimiento humano. Se dijo en la época colonial y se mantiene hasta la actualidad que, “los indios no son de razón”. El movimiento insurgente de los indios mayas de Chiapas, es un claro ejemplo de como la cultura dominante no acepta que exista “una inteligencia indígena” y para ellos el Subcomandante Marcos y el ex obispo Samuel Ruiz dirigen y utilizan a “los indios”.

A diferencia de los colonizadores ingleses en Norteamérica, que desde un principio quisieron liberarse de Europa y crear “un nuevo mundo”, rompiendo con los caducos moldes de ultramar. Los colonizadores españoles pretendieron crear una extensión de España en México y asumir una supuesta “nobleza” a pesar de la dudosa honestidad de su riqueza y lo oscuro de su árbol genealógico. El colonizador español nunca hizo de México su casa definitiva, sino siempre fue un trampolín temporal para regresar a España cargado de oro, después de haber hecho “la América”. De modo, que siempre importó las ideas y los conocimientos de España, generalmente de manera torpe y tardía, entre otras cosas debido a su ignorancia.

Desde el inicio del periodo colonial, las ideas políticas, sociales, artísticas, científicas, literarias, educativas, venían de España. En el periodo independiente, los criollos ilustrados que desplazaron a los peninsulares en el poder, pusieron sus ojos, su cerebro y su corazón en Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Los criollos jamás vieron hacia adentro y mucho menos intentaron revalorizar a la civilización que les servía de base para construir su realidad.

En el caso especial de los artistas e intelectuales en México, el modelo generalmente siempre ha sido Europa. La mayoría de ellos, “malitos y regulares”, no han hecho más, que copiar e imitar el arte y el pensamiento europeo. Con sus grandes excepciones de aquellos artistas nuestros considerados “universales”, la mayoría copia y hace variaciones sobre las tendencias y búsquedas europeas. Tratamos de ser “europeos” en México copiando mal y tardíamente las modas y las corrientes “de vanguardia”. Pintamos, escribimos, componemos, como europeos. Con sus temas, escuelas y modelos. Queremos “crear” como europeos y lo que producimos en consecuencia es una mala copia. Acaso una “variante interesante”, pero nunca una original.

Es de observar que nuestros artistas e intelectuales han querido llegar a los “espacios universales del arte”, por medio de las manifestaciones de la cultura europea. Misión por cierto literalmente imposible, pues jamás podremos llegar a ser mejor que ellos mismos. No compondremos mejor que Mozart, ni pintaremos mejor que Van Gogh o escribiremos mejor que Cervantes, Goethe, Dante o Shakespeare. Como ningún mariachi sudamericano tocará mejor que una jalisciense o un bailarín profesional bailará mejor la Danza del Vendado que un indígena yaqui o una orquesta sinfónica europea toque mejor La Sinfonía India de Chávez, que la Orquesta Sinfónica Nacional.

El caso del poeta Octavio Paz, Premio Nóbel de literatura, que podríamos considerar el más ilustre de nuestros artistas e intelectuales, que ha sido reconocido en el ámbito internacional, bien puede ejemplificar lo que estamos tratando de argumentar. Hombre que creció en el mundo de “las bellas artes europeas”, que vivió en Francia y en Estados Unidos años muy importantes de su formación intelectual y que es “heredero” del acervo cultural de Europa. Poeta y escritor “culto” que escribió ensayos sobre el “ser” del mexicano y de “lo mexicano”, siempre con “los ojos de un extranjero” para ver hacia adentro de su confusa identidad. Su visión del México antiguo es muy superficial aunque enciclopédica, porque debemos de reconocer que Paz era un hombre con gran capacidad y tremenda información.

A lo largo de la obra de Paz se nota un profundo conocimiento de la cultura Occidental. Sólidas bases de su pensamiento están inspiradas en la cultura grecolatina, francesa, italiana, alemana, inglesa, norteamericana. En sus ensayos es común encontrar las citas en la lengua de autores referidos. Su visión de las culturas -no Occidentales- es muy eurocéntrica, comenzando con la de México. Me permito citar algunos puntos medulares de su ensayo Vislumbres de la India1 que el autor publicó en el año de 1995, ya en la punta de su brillante carrera, con todos los reconocimientos y después de haber
1. Paz, Octavio. Seix Barral S.A. 1995 Barcelona, España.

recibido el Premio Nóbel de Literatura en 1990. Este ensayo lo escribió de los recuerdos y apuntes que tenía de su estancia en la India, donde fue Embajador del Gobierno de México de 1962 hasta 1968.

En Vislumbres de la India, Octavio Paz, hace comparaciones sobre la India y México para explicar la realidad de aquel lejano país, sin embargo, desde nuestro punto de vista, denota una lamentable ignorancia sobre los cimientos filosóficos y culturales de una civilización que Paz no conoció. Da la impresión, retomando a Guillermo Bonfil Batalla, que Paz sólo conoció al México imaginario y que el México profundo fue algo más lejano e indescifrable para él, que la misma India.

“Los pueblos mexicanos no experimentaron nada semejante a la penetración del budismo en Ceilán, China, Corea, Japón y el Sudeste asiático.... Las culturas mexicanas vivieron en una inmensa soledad histórica; jamás conocieron la experiencia cardinal y repetida de las sociedades del Viejo Mundo: la presencia del otro, la intrusión de civilizaciones extrañas, con sus dioses, con sus técnicas y sus visiones del mundo y del trasmundo.
Frente a la vertiginosa diversidad del Viejo Mundo, la homogeneidad de las culturas mexicanas es impresionante. La imagen que presenta la historia mesoamericana, desde sus orígenes hasta el siglo XVI, a la llegada de los españoles, es la del círculo. Una y otra vez esos pueblos, durante dos milenios, comenzaron y recomenzaron, con las mismas ideas, creencias y técnicas, la misma historia. No la inmovilidad sino un girar en que cada nueva etapa, simultáneamente, fin y recomienzo. A Mesoamérica le faltó el contacto con gentes, ideas e instituciones extrañas. Mesoamérica se movía sin cambiar: perpetuo regreso al punto de partida.... Los antiguos mexicanos vieron a los españoles como seres sobrenaturales llegados de otro mundo porque no tenían categorías mentales para identificarlos.” [pág. 107]

Apreciamos en el texto una visión muy pobre y simplista del pensamiento cosmogónico de los antiguos mexicanos. Analiza con la premisa del colonizador, “lo que no es parecido a lo europeo, es imperfecto, carente, insuficiente”. Paz menciona al “Viejo Continente” cuando sabemos que es un solo continente llamado con propiedad Euroasiáticoafricano, porque están unidos, y por lo mismo las emigraciones, invasiones e intercambio de los pueblos que han vivido en esa formidable masa de tierra son numerosas. Sin embargo, Paz no ve el formidable intercambio intercultural que existió en Mesoamérica, donde durante miles de años los pueblos compartieron una misma estructura filosófica-civilizatoria y a pesar del pródigo intercambio cultural, las culturas mantenían sus diferencias. Caso actual de esta premisa lo representa el estado de Oaxaca que actualmente cuenta con 16 culturas y cada una de ellas tiene su propio idioma y aunque viven en estrecha colindancia no toman préstamos lingüísticos.

Paz presupone como negativo que los antiguos mexicanos apreciaran el tiempo [y el desarrollo] de manera cíclica y circular. El hecho de que no apreciaran el tiempo de manera lineal como Occidente, no los hace menos, primitivos o deficitarios. Las nuevas y más adelantadas concepciones científicas nos hablan de una percepción del tiempo y del espacio, más cercana a la de los antiguos mexicanos, que a la de los europeos modernos. El más preclaro filósofo moderno de Occidente, Federico Nieztche, nos habla del “eterno retorno”. Finalmente diremos que el intercambio cultural entre todos los pueblos originarios del continente Americano, fue una realidad que no se ha querido ver. Bástenos apreciar el discurso icnográfico en todos sus diseños, especialmente la cruz que la investigadora Laurette Séjourné ha llamado “el quincunce”, que aparece sistemática y permanentemente en todos los pueblos indígenas del pasado y del presente, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego. Que no seamos iguales al “otro”, nos tiene que hacer, por fuerza colonizadora, menos, parece apreciarse en el texto citado de Octavio Paz.

Más adelante el autor de Vislumbres de la India hace la siguiente afirmación simplista y colonizada en torno a la conquista en México.

“El ejemplo contrario y complementario es el de los pueblos americanos, que no pudieron resistir a los conquistadores europeos: sus culturas desaparecieron, a la inversa de lo que ocurrió con los hindúes, musulmanes y chinos ante el imperialismo europeo. El Choque entre los españoles y los mesoamericanos fue un violento encuentro entre civilizaciones que se resolvió por la derrota de la mentalidad mágica y la cultura ritualista. La inferioridad científica, filosófica, técnica y política de los mesoamericanos no explica enteramente a la conquista.”
[pág. 114]

Estos conceptos vertidos por el más insigne de los intelectuales de México a cinco años de terminar el siglo XX, nos demuestran como la “cultura dominante” sigue negando cualquier valor de la civilización mesoamericana y que menos se “identifica” con ella.
Paz dice que los mesoamericanos no pudieron resistir a los conquistadores europeos. Quien conoce en verdad el proceso de la conquista, entiende que fue producto de la trasgresión filosófica-religiosa que hicieron los aztecas de la Toltecáyotl y el odio que habían logrado inspirar en su contra por los pueblos sometidos por su sangriento imperialismo. La conquista se llevó a cabo gracias a la participación de cientos de miles de guerreros tlaxcaltecas, texcocanos, xochimilcas y demás pueblos que enviaron sus guerreros a pelear del lado del “enviado” de Quetzalcóatl, como se hacía pasar Cortés.

Además, no se puede comparar el momento histórico y las condiciones en que los pueblos asiáticos se encontraban cuando los europeos iniciaron el contacto. Las culturas de Asia eran muy superiores tecnológica, naval y militarmente a las europeas. Los europeos no fueron a “invadir y conquistar”, llegaron en cambio mansamente a comerciar y a importar tecnología que, posteriormente, utilizaron para la invasión de todo el mundo. En China encontraron la pólvora y la brújula, copiando mejoras tecnológicas para sus naves, que posteriormente las convertirán en potentes naves de guerra. La invasión militar de Europa a Asia se dio hasta el siglo XIX, cuando ya habían logrado asimilar y refuncionalizar la tecnología asiática. Es lamentable que Paz, al igual que los ideólogos del siglo XVI como Juan Ginés de Sepúlveda 2, defienda la tesis de que un pueblo guerrero e invasor sea superior al vencido.

“Las personas y bienes de los que hayan sido vencidos en justa guerra pasan a los vencedores. Los vencidos en justa quedan siervos de los vencedores, no solamente porque el que vence en alguna virtud excede al vencido, como los filósofos enseñan, y porque es justo en derecho natural que lo imperfecto obedezca a lo más perfecto...”
[1]3

Sorprende que Paz diga que “el encuentro entre civilizaciones se resolvió por la derrota de la mentalidad mágica y la cultura ritualista”, pues la cultura de los españoles de 1521 era tan mágica y ritualista como la de los antiguos mexicanos. El propio Bernal Díaz del Castillo describe como Cortés llevaba entre sus hombres a un “brujo” y al que acudieron en varias ocasiones para salir airosos de sus lances. Los rituales de las Cortes Medioevales, como las supercherías de los pueblos europeos eran propios de la Edad Media, la época de mayor oscurantismo de Occidente.

No entendemos cómo Octavio Paz puede hablar de una inferioridad científica de los antiguos mexicanos, cuando ya se reconoce que el maíz es un hijo de la ingeniería biogenética en el sexto milenio antes de Cristo nacido en el Valle de Tehuacan y que los mayas inventaron el cero matemático o que el conocimiento de la mecánica celeste era literalmente perfecto y que el calendario Gregoriano que usa actualmente Occidente, fue producto de la modificación que se le hizo al antiguo calendario Juliano, gracias a los conocimientos que llegaron al Vaticano de México.

No entendemos, cómo Paz asegura que los antiguos mexicanos tenían una inferioridad filosófica y técnica, si Occidente no ha reconocido hasta nuestros días que existiera una filosofía mesoamericana, que fuera capaz de estructurar y articular un impresionante desarrollo humano que tuvo un recorrido inalterable, por lo menos de tres milenios consecutivos. En dónde está plasmado el pensamiento filosófico en la historia y la filosofía oficial mexicana. Lamentablemente no existe en los libros de texto oficiales, y si no existe, ¿cómo es posible que Paz diga que ésta era inferior? La Toltecáyotl sigue viva, presente y vigente en el México contemporáneo, pero es más evidente en el “México profundo”, razón por la cual no la “ven” nuestros preclaros intelectuales occidentalizados.

Finalmente Paz asegura que existe una supuesta inferioridad técnica de los antiguos mexicanos frente a los invasores europeos. Como ya dijimos, los europeos fueron a Asia a apropiarse de las tecnologías y les dieron un uso guerrero e invasivo. Hasta la fecha, Occidente avanza tecnológicamente a partir de la investigación militar y las guerras. Pero, si la técnica y el conocimiento mesoamericano no estaban enfocados a los aspectos militares, no necesariamente implicó esto, una “inferioridad” técnica, científica y cultural.
Un buen ejemplo para hacer una, ya de por sí, difícil comparación entre Mesoamérica y Europa, es que en el siglo XVI, los españoles encontraron en México-Tenochtitlán, la ciudad más grande del mundo con aproximadamente un millón de habitantes, mientras París, que era la urbe más grande de Europa en esos momentos apenas contaba con sesenta y dos mil habitantes. Tenochtitlán en el periodo Postclásico decadente, contaba con la cuadrícula que hoy usan las ciudades modernas en el trazo de sus avenidas y calles, que Europa no tuvo de manera regular hasta el siglo XIX. La ciudad de México
tenía agua potable, calzadas, canales, calles. Edificios públicos como: bibliotecas, zoológicos, mercados, bodegas generales, escuelas, baños públicos. La medicina era muy adelantada y conocían la herbolaria para mantener una buena salud, además de las famosas trepanaciones que Europa en ese momento no hacía. Técnicamente los antiguos mexicanos vivían con una mayor calidad de vida, tanto en alimentación como en higiene, además en salud, educación y deporte en relación a los europeos. Aunque ciertamente no disponían de su tecnología militar, pero esto, insistimos, no es suficiente razón para suponer una inferioridad técnica, que sólo existe en las mentes eurocéntricas y colonialistas.

Octavio Paz trata de explicar lo que sucedió en la India en el aspecto religioso, comparando el violento choque religioso que vivieron los antiguos mexicanos. Paz afirma que los indígenas abrazaron la religión cristiana de manera “voluntaria”.

“Voluntaria porque la nueva religión ofrecía a los pueblos mesoamericanos una liberación de la terrible opresión de los antiguos cultos, fundamentados en dos instituciones sangrientas: la guerra perpetua y el sacrificio” [pág. 115]

Paz no se puede ver más colonizador y desconocedor de la historia y la cultura de su propio pueblo. Ante esta afirmación, debemos suponer que para el autor los antiguos mexicanos se sintieron “liberados” por sus conquistadores y que estuvieron oprimidos por antiguos cultos sanguinarios. Por supuesto que nadie avala los sacrificios humanos, pero lo cierto es que los aztecas vivían un periodo de decadencia filosófica y religiosa [por la cuál pudo ser posible la conquista], sin embargo, tendríamos que tomar en cuenta que en la transgredida ideología azteca, la muerte en sacrificio era una “gracia” y una liberación para el espíritu, que llegaba a la vida verdadera por este medio. Algo verdaderamente aberrante pero exactamente igual al que tenían los misioneros españoles que creían que sí morían sacrificados en la difusión de su credo, llegarían al reino de los cielos. Muchos misioneros vivían obsesionados en el sacrifico, que iba desde la autoflagelación hasta la inmolación con infieles, para lograr la gracia celestial. Tanto los indígenas como los misioneros que morían en tal condición, pensaban que era un privilegio. Sin dejar de mencionar la opresión que durante toda la colonia significó la misma institución de la iglesia y la Santa Inquisición; tanto para indígenas como para los propios españoles.

Para Octavio Paz, como para muchos intelectuales mexicanos occidentalizados. La presencia de los invasores europeos fue una epopeya por “civilizar” al mundo primitivo y salvaje, que no tuvo ni ha tenido valor y cabida en su proyecto colonizador, más que de ser la materia prima, la mano de obra barata y sin derechos humanos con la cual construir un “nuevo mundo” para los colonizadores. Los pueblos agredidos, invadidos, saqueados, explotados, violados y escarnecidos, para la mentalidad colonizadora, “salieron ganado” de este proceso histórico.

“No todo fue horror: sobre las ruinas del mundo precolombino los españoles y los portugueses levantaron una construcción histórica grandiosa que, en sus grandes trazos, todavía esta en pie. Unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas diferentes, adoraban dioses distintos, guerreaban entre ellos o se desconocían. Los unieron a través de leyes e instituciones jurídicas y políticas pero, sobre todo, por la lengua, la cultura y la religión. Sí las pérdidas fueron enormes, las ganancias han sido inmensas.
Para juzgar con equidad la obra de los españoles en México hay que subrayar que sin ellos –quiero decir: sin la religión católica y la cultura que implantaron en nuestro país- no seríamos lo que somos. Seriamos, probablemente, un conjunto de pueblos divididos por creencias, lenguas y culturas distintas.” [pág. 116]

Creo que no puede haber mayor comentario a este último párrafo, es dramáticamente explícito. Es claro que para algunos intelectuales y artistas mexicanos, que se supone, deberían de ser las “antenas” y los visionarios de su pueblo, en el caso de un país colonizado como México, han estado y están de parte de los colonizadores-explotadores. Mientras nuestros intelectuales y artistas continúen colonizados ideológicamente. Mientras no aprendan a ver su pasado y su Cultura Madre con otros ojos. Mientras no encuentren inspiración en los valores y principios de la milenaria sabiduría de nuestros Viejos Abuelos. Mientras no analicen de manera objetiva el deshumanizado e injusto sistema colonial en el que hemos vivido desde 1521 los mexicanos. Seguirán sirviendo para mantener y perpetuar el sistema y el pueblo no podrá contar con ellos para su descolonización.


Guillermo Marín.
www.toltecayotl.org





Bibliografía.
Bonfil Batalla, Guillermo, México profundo una civilización negada, CIESAS/SEP, México, 1987
Bonifaz Nuño, Rubén, Imagen de Tláloc, UNAM, México, 1988
León Portilla, Miguel, Toltecáyotl, FCE, México, 1983
Marín Ruiz, Guillermo
_Historia verdadera del México profundo, IESO, Oax. México, 2005
_La corrupción en México, como una estrategia de resistencia cultural, ILUSA, Oax. México, 2001
Paz, Octavio, Seix Barral S.A, Barcelona, España, 1995
Séjurné, Laurette, Pensamineto y religión en el México antiguo, Brebiarios FCE, México, 1980

2 Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios. FCE. 1941 México
3 “Historia verdadera del México profundo”. Guillermo Marín. IESO 2005 Méx.

martes, 16 de diciembre de 2008

LA DELINCUENCIA ORGANIZADA SE HA APODERADO DEL PAÍS.


Soberanes informa que el 98% de los delitos quedan impunes en México. Por supuesto que esto lo sabemos los mexicanos desde hace cinco siglos de colonización extranjera.


EL CRIMEN ORGANIZADO usufructúa este país desde 1521. Los Mercaderes extranjeros, los Mercaderes criollos, los partidos políticos, los dueños de los medios masivos de comunicación, los bancos, los sindicatos blancos, los tres niveles de gobierno, las policías, la Secretaría de Hacienda, la Coparmex, la Concamin, la Concanaco, el Consejo Coordinador Empresarial, la Embajada de E.U., etc. Se han coludido para sangrar impunemente al pueblo de México.


El Crimen Organizado ha venido asesinado, despojando, reprimiendo, saqueando, esclavizando, explotando, impunemente al indefenso pueblo de México. La gente tiene que huir al extranjero para poder tener, aún en calidad de “ilegal”, más derechos y oportunidades que en su país.


El Crimen Organizado ha tomado total posesión del Estado, del Mercado y del pueblo.

¿Existe alguien que no lo crea?

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Empresarios "mexicanos" sacaron del país 19 mil mdd en 9 meses


Empresarios mexicanos sacaron del país 19 mil mdd en 9 meses, señala La Jornada el 3 de diciembre 2008. Usted cree que estos “empresarios mexicanos” son zapotecos, mixtecos, purépechas, mayas, popolocas, yaquis, tec., etc. Por supuesto que no NO. Son CRIOLLOS, extranjeros que viven y han nacido en México, que usan pasaporte mexicano, pero que su corazón, sus activos y dineros los tienen fuera de este país.


Los criollos históricamente NUNCA se la han jugado por México. Son como garrapatas, extraen la “sangre” y están más que prestos a huir cuando su seguridad física o económica se ve amenazada en la pérdida de sus ilegales e inmorales privilegios.


En cambio, los verdaderos mexicanos a pesar de la crisis de Estados Unidos, siguen enviando miles de millones de dólares que, los criollos les cambian por “pancholares” y los dólares los depositan en el extranjero.

sábado, 29 de noviembre de 2008

EL GRAN ENGAÑO HISTÓRICO DE MÉXICO.


Gran parte de las personas que habitamos este basto territorio llamado México, hemos vivido engañados los últimos dos siglos. Usados y explotados por un puñado de abusadores que han llegado sucesivamente a estas tierras y han explotado inhumanamente a los pueblos originarios y han depredado despiadadamente sus recursos naturales.

Para hacer posible esto, los colonizadores-explotadores fundamentalmente le han quitado “la memoria histórica a los invadidos”. Es decir, los han mantenido en un estado amnésico. No saben quiénes son, de dónde vienen y mucho menos a dónde van. Una inmensa masa de gente ignorante, desculturizada y desmemoriada. Tratando de ser…lo que el colonizador le impone que sea a su conveniencia. Trescientos años tratando de ser españoles y hasta le pusieron a esta tierra “La Nueva España”, después cien años pretendiendo fallidamente ser franceses y en el último siglo, hemos tratado de ser inútilmente norteamericanos. Permanentemente despreciando lo propio y exaltando frenéticamente lo ajeno.

Este enorme pueblo mestizo desculturizado, que rechaza tercamente ser indígena y desprecia rabiosamente la Cultura Madre. Que pretende ser “mestizo-europeizado” o de perdida “moderno-agringado”. Se aleja de lo indígena y que nunca llega a ser español, francés o norteamericano. Ese ciudadano ignorante, vulgar, fatuo. Aquél que construye sus paradigmas existenciales en la televisión, en las marcas comerciales, en la “modernidad” y sobre todo en el consumo. Ese que es en el fondo inseguro, violento, desconfiado, despiadado, temeroso, voraz y depredador. Ese que jamás será urbano, ni respetará una línea de personas, ese que rebasa por la derecha y se pasa los altos, el que se estaciona en doble fila y no da el paso a los peatones. El que tira basura en todas partes y siempre quiere sacar provecho personal de los demás…ese que desprecia a los indígenas y los campesinos y admira a los extranjeros. Ese que siempre se piensa por encima de los demás. Ese que no sabe nada de la historia antigua de la Civilización Madre que le da vida y esencia. Ese que por desgracias es la gran mayoría en este país. Este ciudadano es una perfecta creación del colonizador-explotador, así nos quieren, así nos necesitan, así los hacemos ricos.

Solo teniendo esa clase de gente, los colonizadores explotadores pueden seguir haciendo grandes fortunas y vivir en la injusticia más cínica. Como casi todos los grandes capitales de este país, están en manos de “CRIOLLOS”, es decir, hijos de extranjeros avecindados en este país. La riqueza de Carlos Slim, sus secuaces y sus paisanos, es directamente proporcional a la ignorancia del pueblo que explotan. Poco menos del 10% de ¿mexicanos? (los criollos) posee el 40% de la riqueza nacional. Es decir, este país le pertenece a unos cuantos y los demás son…como ganado o pollos en granja. Más nada.

Este “país” nació gracias a una lucha entre criollos y peninsulares por el derecho de explotar a los invadidos. Nuestra profunda herencia civilizatoria de siete milenios y medio ha sido brutalmente cercenada, ignorada, desechada. Se impuso un sistema colonial durante 3 siglos y los criollos traicionaron a sus parientes y les echaron encima a la inmensa masa de nativos pobres y sedientos de justicia. Esa fue la Guerra de “Independencia”. Loa indígenas pusieron la sangre y todo cambió para seguir igual.

Los criollos se inventaron “su país”, al que le pusieron MÉXICO indebidamente, pues en la memoria histórica milenaria se sabe que estas tierras son EL ANÁHUAC. México viene de mexicas, de modo que los zapotecas, mixtecas, mayas y un largo etcétera no son mexicas y por ende, con propiedad, ¡mexicanos!

Durante el siglo XIX los criollos se dividieron en dos bandos: masones yorkinos-liberales-federalistas-republicanos (priístas) y se enfrentaron a los masones escoceses-conservadores-centralistas-monárquicos (panistas), en una guerra fratricida por el poder, en la que fuimos invadidos en dos ocasiones y nos quitaron más de la mitad del territorio. Ni los peninsulares ni los criollos les han dado una verdadera oportunidad a los pueblos originales y a la Cultura Madre en estos quinientos años de colonización y neo colonización.

La Colonia y el país…siempre han sido de ellos y para ellos. ¿Cómo lo han logrado?, quitándole la memoria histórica al vencido-invadido. Haciéndale creer primero que era súbito español y después “mexicano”. Que él, desciende de españoles o franceses, que él nada tiene que ver con la civilización indígena que se presume muerta. Que ser parte de la Civilización Madre es cosa negativa y de bajo nivel, esto es ser: naco, yope, indio, ignorante, vulgar, pobre, que no es lo mismo pero es igual.

Rechazar su Cultura, sus orígenes, sus tradiciones, su historia, su fenotipo, su color de piel, rechazarse a sí mismo y tratar de ser un colonizador de su propio pueblo (a eso le han enseñado a llamarle “triunfar”). En un mundo depredador, en un país en donde es todos contra todos, en el que no se respeta la ley, en el que la corrupción es el aceite que mueve al sistema, en el que el más sinvergüenza es el más listo, en el que no hay justicia, equidad, ni piedad…en un país así, es como Carlos Silm puede convertirse en el hombre más rico del mundo. El Sistema Colonial es eso precisamente, desorden, corrupción, vulgaridad, ignorancia, en el pueblo; porque piénselo bien amable lector, “a río revuelto, ¡ganancia de criollos neo colonizadores!

A los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos nos han engañado quinientos años. Nos han hecho perder nuestra memoria histórica, nuestro orgullo de ser herederos de una de las seis civilizaciones más antiguas del planeta. Nos han hecho creer que fuimos “novohispanos” y que hoy somos “mexicanos, latinos o hispanos”, pero desde la INVASIÓN hemos perdido la propiedad y conducción de nuestra NACIÓN. Nos han hecho olvidar (momentáneamente) que somos hijos del ANÁHUAC, que somos poseedores de una milenaria sabiduría de cómo vivir en armonía con nuestros semejantes y con la naturaleza. Nos han hecho perder nuestros conocimientos sobre el mundo y la vida. Nos han quitado el sentido sagrado y místico de la existencia. Nos han vuelto inseguros, frágiles, violentos, ignorantes, dependientes. De esta manera se explica el por qué Fox mandó quitar de los estudios de Secundaria la Historia antigua de México.

Este país llamado México NO nos pertenece, por lo menos a la gran mayoría. Existe un 10% de criollos que tienen el poder y el dinero, otro 10% poseen solo el 1% de la riqueza y por supuesto, son los pueblos indígenas. Y existe una inmensa masa del 80% de mestizos deculturizados, “hijos del canal de las barras y las estrellas” vulgares y vacíos. Dispuestos a pintarse el cabello de amarillo, a untarse cremas blanqueadores, a ponerle a sus hijos nombres extranjeros, a ser consumidores “muuderrnos”, a comer comida chatarra y pasear en los “centros comerciales modernos”, a vivir a crédito y cumplir el anhelo existencial de ir a Disneylandia.

Millones de “mexicanos” que viven entre las telecomedias, los partidos de fútbol, los noticieros, los “reality shoes” y los chismes de los artistas, la filosofía de Ramones, Brozo, Cristina y la flaco y el gordo. Soñando que la selección nacional puede ganar la Copa Mundial o medallas de oro en las Olimpiadas. Creyendo en las farsas de la mañosa democracia electorera, esperando sacar mayor partido y mejor provecho personal de la política corrupta.

Gente vulgar, vana, superflua, que solo vive pensando en tener dinero y poder comprar y ver más televisión. Personas insensibles e inconscientes, embrutecidas, fácilmente manejables e influenciables y explotables.

La riqueza de unos cuantos se fundamenta precisamente en todo esto. En la pérdida de la memoria histórica, en la ignorancia de nosotros mismos, en el rechazo y desprecio que hemos aprendido a tener de “lo propio-nuestro”.

El invasor-colonizador-explotador nos puede permitir cualquier cosa, MENOS QUE RECUPEREMOS LA MEMEORIA HISTÓRICA y sepamos quiénes somos, de dónde venimos y a dónde queremos ir, como individuos y como pueblo. Porque en eso momento se acaba su poder y su riqueza. Esta es la razón por la cual los mexicanos somos “INDEFENSOS EXTRANJEROS INCULTOS EN NUESTRA PROPIA TIERRA”. Conocedores de Europa y sabedores de qué color era el caballo blanco de Napoleón, el Coliseo romano y el Partenón griego, pero totalmente ignorantes cuando vamos a Teotihuacán, Monte Albán o Chicen Itza.

Esta es la razón por la que no entendemos qué es lo que pasa “en nuestro país”. Pensamos que quienes tienen el poder y el dinero son hermanos nuestros y están preocupados solidariamente por nosotros, “el pueblo-su-pueblo”. Que comparten un proyecto de mejora común, en el que nos ligan las mismas aspiraciones, anhelos y proyectos. Pero eso NO ES CIERTO, los que tienen el poder y el dinero desde 1521, solo pretenden explotar y depredar, para regresar a su verdadera tierra a disfrutar sus ganancias, como Slim que se la vive en Líbano.

El gran engaño es que “México” no nos pertenece, en cambio, El Anáhuac es nuestro futuro, el propio-nuestro. Solo tenemos que despertar recuperando la milenaria memoria histórica. Abrir los ojos y poner la mirada en el fondo de nuestro corazón. (2007)

miércoles, 19 de noviembre de 2008

¿QUIENES SOMOS ESTOS, QUE NOS DECIMOS MEXICANOS?


Los “mexicanos” hemos vivido de espaldas a nuestra Civilización Madre. Esto se debe a un proyecto colonizador que se ha implantado entre nosotros desde 1521. El colonizador-explotador ha sabido muy bien, que en la medida de que el pueblo invadido no tenga memoria histórica de su glorioso pasado, mientras no sepa quién es y de dónde viene, que no conozca los admirables logros de sus Viejos Abuelos, estará encadenado y esclavizado a través de la “ignorancia de sí mismo”. El detonante para romper las cadenas de la esclavitud esta en el conocimiento y la revalorización de nuestra historia antigua.


Nosotros, los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos, los descendientes de aquellos hombres y mujeres que un día construyeron a través de los siglos a la honra de “Aquél por quien se vive”, Monte Alban, Palenque o Teotihuacan, no somos “mexicanos”, porque no todos somos “mexicas”, aquellos que fueron los últimos bárbaros que llegaron del Norte en el siglo XIII d.C. al Altiplano Central.


Tampoco somos “hispanos”, porque hablamos un dialecto del castellano llamado español, como los norteamericanos no son ingleses por hablar la lengua inglesa. Tampoco somos “Latinos”, porque fue Napoleón III el que inventó ese concepto en el siglo XIX, cuando soñó con apoderarse de las excolonias españolas en América y don Benito Juárez le enseñó que no era posible. Entonces…sí no somos mexicanos, ni hispanos o latinos… ¿qué somos?


Por aquí debemos de empezar. Sí no sabemos quienes somos, sí no sabemos de dónde venimos, no sabemos en dónde estamos y mucho menos a dónde queremos ir, como individuos y como nación. Sí no sabemos quienes fueron nuestros venerables maestros, sino conocemos sus obras, sus logros, sus creaciones… no tenemos un rostro propio y no tenemos un corazón verdadero. Andamos a tientas y a ciegas estos cinco siglos, tratando torpemente de salir del “laberinto de la soledad” donde nos han encerrado nuestros explotadores.


Tratando inútilmente de ser españoles y siendo despreciados por ellos, tratando de ser franceses y después norteamericanos de tercera. Siempre haciendo el ridículo, siempre siendo una copia mal hecha y tardía de nuestros explotadores, quienes nos menosprecian y nos rechazan.


¿Cómo le llamaban a esta, su tierra, nuestros Viejos Abuelos, desde el sexto milenio antes de Cristo hasta la llegada de los invasores-conquistadores en 1519? ¿Cómo le llamaban a su civilización, una de las seis más antiguas de la humanidad? ¿Cómo le llamaban a este continente durante los mil años de esplendor nuestros antepasados? ¿Cuál era la conciencia de sí mismos cuando nuestros antepasados inventaron el cero matemático, inventaron el maíz y la chinampa, crearon el calendario más exacto del mundo, el chocolate, la vainilla, el chicle o hacían asombrosas operaciones al cerebro o construían la ciudad más grande del mundo en el siglo XVI?


La cultura de los pueblos de lo que hoy llamamos “México” tiene ocho mil años de historia, desde la domesticación de las plantas hasta nuestros días. De ellos, siete mil quinientos años se escribieron sin la presencia del invasor-conquistador. En este largo periodo tuvimos tres etapas: Preclásico (6000ª.C a 200ª.C), Clásico o del esplendor (200ª.C. a 850 d.C.) y Postclásico (850 d.C. a 1521 d.C.). Finalmente, en los últimos cinco siglos hemos vivido una invasión-colonización-explotación por la cual se ha dado un mestizaje cultural.


Este mestizaje no fue un hecho humanista, generoso y altruista. Por el contrario, se sustentó en la violencia, la injusticia y la violación. No podemos negar que en la cultura de los pueblos de lo que los criollos llamaron “México” en 1821, está compuesta de una mezcla, no solo de la cultura ibérica u occidental, tenemos elementos culturales muy diversos de casi todo el mundo. Asia y África, con todas sus culturas están presentes en nuestro sincretismo cultural.


Dos ejemplos de lo que “es nuestro…pero no es propio”: el reboso se trajo de la India y la marimba de África, pero el pueblo se los apropió y los hizo “suyo”. Tenemos que aceptarnos mestizos, como todos los pueblos del mundo, comenzando por la propia España que fue invadida por celtas, godos, cartagineses, berberes, romanos, árabes e ingleses. La cultura española es un sincretismo de muchas culturas. Pero tenemos que reconocer que los siete mil quinientos años de desarrollo endógeno de la Cultura Madre son la base, sustento y estructura fundamental de todo lo que somos en esencia.


El desconocer, negar y rechazar nuestra ancestral cultura, la que nos hace esencialmente lo que somos, es negar nuestro más genuino potencial para entender el mundo y la vida, para SER y TRASCENDER. Y es esta, la poderosa arma del colonizador-explotador para mantenernos en la pobreza intelectual, espiritual y material en la que los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos, hemos vivido estos cinco siglos, primero a manos de los gachupines y ahora de los criollos. Su fuerza y su poder devienen de nuestra ignorancia de nosotros mismos, de nuestro propio olvido.


En estos cinco siglos de pobreza, injusticias y violencia social, sea a manos de los españoles, franceses, norteamericanos o de nosotros mismos, pues “el Hernán Cortés” que vive en el corazón de todos los colonizados, está latente a la espera de “un poquito de poder”, para pisar, explotar y violentar a sus hermanos. Durante cinco siglos ha querido ser otro conquistador-explotador, durante este tiempo se le ha enseñado que explotar, saquear y violentar al pueblo es el único camino para “triunfar” en la caníbal sociedad colonial.


En estos cinco siglos de colonización feroz e inhumana, la historia nos dice que no es a través de la lucha armada o la lucha política como se puede acabar con este injusto sistema colonial de explotación. No son las armas o los votos, es LA EDUCACIÓN la que puede liberar a nuestro pueblo de la pobreza, la injusticia y la explotación. La Educación, pero no la de los colonizadores-explotadores, no la de otros países y culturas, sino “la propia nuestra”. Muy pocos “mexicanos” saben que somos una de los seis civilizaciones más antiguas del planeta, pero tenemos un gran potencial que ninguna de las otras civilizaciones han tenido.


Nuestros Viejos Abuelos vivieron y se educaron en una sociedad escolarizada, por lo menos tres mil años. En efecto, la educación en nuestro pasado más antiguo era obligatoria y gratuita. Por lo menos desde los olmecas en el año 1500 a.C. hasta la llegada de los invasores en 1519 d.C., los Viejos Abuelos vivieron en una sociedad en donde no había niños sin escuela. Los telpochcalli , Cuicacalli y Calmécac estaban atendiendo a los niños desde los 7 años hasta los veinte, formando en la niñez “un rostro propio y un corazón verdadero”.


Tenemos tantas cosas qué descubrir de nuestro desconocido pasado, y que la educación oficial no ha quitado nuestra historia antigua, para que no recuperemos nuestra memoria, nuestro orgullo y nuestra dignidad.


Esta Tierra y esta civilización por milenios se ha llamado ANÁHUAC y sus hijos somos anahuacas: anahuacas mexicas, zapotecas, mayas, mixtecas, totonacas, purépechas, huastecas, etc. Al continente le llamaron en lengua náhuatl “Cem Anáhuac”, que es un espacio astronómico y geográfico, delimitado por el movimiento del Sol. En un tiempo cercano a esta tierra se le volverá a conocer por su nombre verdadero. El México de los criollos habrá desaparecido y con él la colonización y la corrupción. Y volverá a ser esta tierra un lugar de honor y respeto, donde ya no haya vencedores y vencidos, invasores e invadidos, ricos extremadamente ricos y pobres extremadamente pobres. (2007)

martes, 11 de noviembre de 2008

OCTAVIO PAZ Y SU PERCEPCIÓN DEL “MÉXICO PREHISPÁNICO”


“Don Juan nunca se cansaba de repetir que ya sea como eruditos o como legos somos miembros y herederos de la tradición de Occidente, lo cual significa que, independientemente de nuestro nivel de educción y sofisticación, somos prisioneros de esa tradición y su manera de interpretar la realidad".Florinda Donner.

México es un país con dos realidades en lucha permanentemente, a veces de manera estridente y sangrienta, otras veces, silenciosa y subterránea, pero siempre manteniendo estados de tensión dinámica.
Dos visiones del mundo diferentes, dos posiciones irrenunciables, dos maneras de entender el mundo y la vida. Una que viene desde el inicio de la civilización Madre, miles de años antes de la era cristiana y la otra que llegó con los europeos en 1519.



A lo largo de más de siete mil quinientos años los pueblos originarios crearon sus culturas, que en conjunto forman parte de la civilización del Anáhuac. Esta civilización, que es una de las seis más antiguas y con origen autónomo de la humanidad, creó a lo largo de milenios sus propias -instituciones, leyes y autoridades-, que le permitieron impulsar, organizar y regular su Desarrollo Humano.



Sin embargo, a partir del 13 de Agosto de 1521 los europeos condenaron a la destrucción y a la negación a la civilización vencida. Desde la misma destrucción de la México-Tenochtitán, que en su momento era la ciudad más grande del mundo, pasando por la destrucción de sus instituciones, la proscripción de sus leyes y la deposición de sus autoridades; la negación de sus sistemas: alimentario, de salud, educativo y de organización, hasta llegar al mismo genocidio.



A partir de 1521 los europeos no tomarán en cuenta a la civilización vencida, pero usaran y explotaran exhaustivamente todos sus conocimientos y recursos. Durante los tres siguientes siglos la única preocupación de los españoles es cristianizar a los naturales y en los siguientes doscientos años, los criollos trataran sucesivamente de civilizarlos, integrarlos y modernizarlos en medio de su explotación. Siempre serán una carga, un lastre pesado para alcanzar su proyecto civilizatorio que permanentemente ha excluido a los vencidos.



De este modo en México desde 1521, la CULTURA, ha sido la Occidental y la de los vencidos, sólo ha sido "folclor". La LENGUA ha sido el Español de los colonizadores, los "dialectos", la de los vencidos. El ARTE ha sido de Occidente y la "artesanía" de los invadidos. La MEDICINA del europeo y la "brujería" del indígena. La HISTORIA ha sido la de Europa y los "mitos de origen", la memoria de los pueblos originarios. Y así, en todos los campos del conocimiento humano. Se dijo en la época colonial y se mantiene hasta la actualidad que, "los indios no son de razón". El movimiento insurgente de los indios mayas de Chiapas, es un claro ejemplo de cómo la cultura dominante no acepta que exista "una inteligencia indígena" y para ellos el Subcomandante Marcos dirige y utiliza a los indígenas.



A diferencia de los colonizadores ingleses en Norteamérica, que desde un principio quisieron liberarse de Europa y crear "un nuevo mundo", rompiendo con los caducos moldes de ultramar. Los colonizadores españoles pretendieron crear una extensión de España en México y asumir supuesta "nobleza" a pesar de la dudosa honestidad de su riqueza. El colonizador español nunca hizo de México su casa definitiva, sino siempre fue un trampolín temporal para regresar a España cargado de oro, después de haber hecho "la América". De modo que siempre importó las ideas y los conocimientos de España, generalmente de manera torpe y tardía.Desde el inicio del periodo colonial, las ideas políticas, sociales, artísticas, científicas, literarias, educativas, venían de España.

En el periodo independiente, los criollos ilustrados que desplazaron a los peninsulares en el poder, pusieron sus ojos, su cerebro y su corazón en Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Jamás vieron hacia adentro, ni intentaron revalorar a la civilización que les servia de base para construir su realidad. En la “construcción de su país, no se contempló la civilización indígena”.
En el caso especial de los artistas e intelectuales en México, el modelo generalmente siempre ha sido Europa. La mayoría de ellos, "malitos y regulares", no han hecho más que copiar e imitar el arte y el pensamiento europeo y hacer "variaciones sobre el mismo tema". Con sus grandes excepciones de aquellos artistas nuestros considerados "universales", la mayoría copia y hace variaciones sobre las tendencias y búsquedas europeas. Tratamos de ser "europeos" en México copiando mal y tardíamente las modas y las corrientes "de vanguardia". Pintamos, escribimos, componemos, como europeos. Con sus temas, escuelas y corrientes. Queremos "crear" como europeos y lo que producimos en consecuencia es una mala copia. Acaso una "variante tropical interesante", pero nunca una original.



Es de observar que nuestros artistas e intelectuales han querido llegar a los "espacios universales del arte", por medio de las manifestaciones de la cultura europea. Misión por cierto literalmente imposible y suicida, pues jamás podremos llegar a ser mejor que ellos mismos. No compondremos mejor que Mozart, ni pintaremos mejor que Van Gogh o escribiremos mejor que Cervantes, Goethe, Dante, o Shekespirare. Como ningún mariachi sudamericano tocará mejor que una jalisciense o un bailarín profesional bailara mejor la Danza del Vendado que un indígena yaqui o una orquesta sinfónica europea toque mejor La Sinfonía India de Chávez, que la Orquesta Sinfónica Nacional.



El caso del poeta Octavio Paz, Premio Nóbel de literatura, que podríamos considerar el más ilustre de nuestros artistas e intelectuales, que ha sido reconocido en el ámbito internacional, bien puede ejemplificar lo que estamos tratando de argumentar. Hombre que creció en el mundo de "las bellas artes europeas", que vivió en Francia y en Estados Unidos años muy importantes de su formación intelectual y que es "heredero" del acervo cultural de Europa. Poeta y escritor "culto" que escribió ensayos sobre el "ser" del mexicano y de "lo mexicano", siempre con los "ojos de un extranjero" para ver hacia adentro de su identidad. Su visión del México antiguo es muy superficial aunque enciclopédica, porque debemos de reconocer que Paz era un hombre con gran capacidad. A lo largo de la obra de Paz, se nota un profundo conocimiento de la cultura Occidental. Sólidas bases de su pensamiento están inspiradas en la cultura grecolatina, francesa, italiana, alemana, inglesa, norteamericana. En sus ensayos es común encontrar las citas en la lengua de autores referidos. Su visión de las culturas -no Occidentales- es muy eurocéntrica, comenzando con la de México. Me permito citar algunos puntos medulares de su ensayo "VISLUMBRES DE LA INDIA" que el autor publicó en el año de 1995, ya en la punta de su brillante carrera, con todos los reconocimientos y después de haber recibido el Premio Nóbel de Literatura en 1990. Este ensayo lo escribió de los recuerdos y apuntes que tenia de su estancia en la India, donde fue Embajador del Gobierno de México de 1962 hasta 1968.



En "Vislumbres de la India", Octavio Paz hace comparaciones sobre la India y México para explicar la realidad de aquel lejano país, sin embargo, desde nuestro punto de vista, denota una lamentable ignorancia sobre los cimientos filosóficos y culturales de una civilización que Paz no conoció. Da la impresión, retomando a Guillermo Bonfil Batalla, que Paz sólo conoció al México imaginario y que el México profundo, fue algo más lejano e indescifrable para él, que la misma India.
"Los pueblos mexicanos no experimentaron nada semejante a la penetración del budismo en Ceilán, China, Corea, Japón y el Sudeste asiático.... Las culturas mexicanas vivieron en una inmensa soledad histórica; jamás conocieron la experiencia cardinal y repetida de las sociedades del Viejo Mundo: la presencia del otro, la intrusión de civilizaciones extrañas, con sus dioses, con sus técnicas y sus visiones del mundo y del trasmundo.



Frente a la vertiginosa diversidad del Viejo Mundo, la homogeneidad de las culturas mexicanas es impresionante. La imagen que presenta la historia mesoamericana, desde sus orígenes hasta el siglo XVI, a la llegada de los españoles, es la del círculo. Una y otra vez esos pueblos, durante dos milenios, comenzaron y recomenzaron, con las mismas ideas, creencias y técnicas, la misma historia. No la inmovilidad sino un girar en que cada nueva etapa, simultáneamente, fin y recomienzo. A Mesoamérica le faltó el contacto con gentes, ideas e instituciones extrañas. Mesoamérica se movía sin cambiar: perpetuo regreso al punto de partida.... Los antiguos mexicanos vieron a los españoles como seres sobrenaturales llegados de otro mundo porque no tenían categorías mentales para identificarlos." [Pág. 107]



Apreciamos en el texto una visión muy pobre y simplista del pensamiento cosmogónico de los antiguos mexicanos. Analiza con la premisa del colonizador, "lo que no es parecido a lo europeo, es imperfecto, carente, insuficiente". Paz menciona al "Viejo Continente" cuando sabemos que es un solo continente llamado con propiedad Euroasiáticoafricano, porque están unidos y por lo mismo las emigraciones, invasiones e intercambio de los pueblos que han vivido en esa formidable masa de tierra. Sin embargo, Paz no ve el formidable intercambio intercultural que existió en el Anáhuac, donde durante miles de años los pueblos compartieron una misma estructura filosófica-civilizatoria y a pesar del prodigo intercambio cultural, las culturas mantenían sus diferencias. Y no menciona el intercambio cultural con la Civilización Andina.

Caso actual de esta premisa lo representa el estado de Oaxaca, que actualmente cuenta con 16 culturas y cada una de ellas tiene su propio idioma, y aunque viven en estrecha colindancia, no toman préstamos lingüísticos. Paz presupone como negativo que los antiguos mexicanos apreciaran el tiempo [y el desarrollo] de manera cíclica y circular. El hecho de que no apreciaran el tiempo de manera lineal como Occidente, no los hace menos, primitivos o deficitarios. Las nuevas y más adelantadas concepciones científicas nos hablan de una percepción del tiempo y del espacio, más cercana a la de los antiguos mexicanos, que a la de los europeos modernos. El más preclaro filósofo moderno de Occidente, Federico Nietzche, nos habla del "eterno retorno". Finalmente diremos que el intercambio cultural entre todos los pueblos originarios del continente Americano, fue una realidad que no se ha querido ver.

Bástenos ver el discurso icnográfico en todos sus diseños, especialmente la cruz que la investigadora Laurret Séjurne ha llamado "el quincunce", que aparece sistemática y permanentemente en todos los pueblos indígenas del pasado y del presente, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego. Que no seamos iguales al "otro", nos tiene que hacer por fuerza colonizadora menos, parece apreciarse en el texto citado de Octavio Paz. Más adelante el autor de "Vislumbres de la India" hace la siguiente afirmación simplista y colonizada en torno a la conquista en México.



"El ejemplo contrario y complementario es el de los pueblos americanos, que no pudieron resistir a los conquistadores europeos: sus culturas desaparecieron, a la inversa de lo que ocurrió con los hindúes, musulmanes y chinos ante el imperialismo europeo. El Choque entre los españoles y los mesoamericanos fue un violento encuentro entre civilizaciones que se resolvió por la derrota de la mentalidad mágica y la cultura ritualista. La inferioridad científica, filosófica, técnica y política de los mesoamericanos no explica enteramente a la conquista."[pág. 114]



Estos conceptos vertidos por el más insigne de los intelectuales de México a cinco años de terminar el siglo XX, nos demuestran como la "cultura dominante" sigue negando cualquier valor de la civilización del Anáhuac y que mucho menos se "identifica" con ella. Paz dice que los anahuacas no pudieron resistir a los conquistadores europeos. Quien conoce en verdad el proceso de la conquista, entiende que fue producto de la trasgresión filosófica-religiosa que hicieron los mexicas de la Toltecáyotl y el odio que habían logrado inspirar en su contra por los pueblos sometidos por su sangriento imperialismo. La conquista se llevó a cabo gracias a la participación de cientos de miles de guerreros tlaxcaltecas, texcocanos, xochimilcas y demás pueblos que enviaron sus guerreros a pelear del lado del "enviado" de Quetzalcóatl, como sé hacia pasar Cortés.



Además, no se puede comparar el momento histórico y las condiciones en que los pueblos asiáticos se encontraban cuando los europeos iniciaron el contacto. Las culturas de Asia eran muy superiores tecnológica, naval y militarmente que las europeas. Los europeos no fueron a "invadir y conquistar", llegaron en cambio, mansamente a comerciar y a importar tecnología que, posteriormente, utilizaron para la invasión de todo el mundo. En China encontraron la pólvora y la brújula, copiando mejoras tecnológicas para sus naves, que posteriormente las convertirán en potentes naves de guerra. La invasión militar de Europa a Asia se dio hasta el siglo XIX, cuando ya habían logrado asimilar y refuncionalizar la tecnología asiática. Es lamentable que Paz, al igual que los ideólogos del siglo XVI como Juan Ginés de Sepúlveda, defiendan la tesis de que un pueblo guerrero e invasor sea superior al vencido.



"Las personas y bienes de los que hayan sido vencidos en justa guerra pasan a los vencedores. Los vencidos en justa quedan siervos de los vencedores, no solamente porque el que vence en alguna virtud excede al vencido, como los filósofos enseñan, y porque es justo en derecho natural que lo imperfecto obedezca a lo más perfecto..." Juan Ginés de Sepúlveda.



Sorprende que Paz diga que "el encuentro entre civilizaciones se resolvió por la derrota de la mentalidad mágica y la cultura ritualista", pues la cultura de los españoles de 1521 era tan mágica y ritualista como la de los antiguos mexicanos. El propio Bernal Díaz del Castillo describe como Cortés llevaba entre sus hombres a un "brujo" y al que acudieron en varias ocasiones para salir airosos de sus lances. Los rituales de las Cortes Medioevales, como las supercherías de los pueblos europeos eran propios de la Edad Media, la época de mayor oscurantismo de Occidente.



No entendemos como Octavio Paz puede hablar de una inferioridad científica de los antiguos mexicanos, cuando ya se reconoce que el maíz es un hijo de la ingeniería biogenética en el sexto milenio antes de Cristo, nacido en el Valle de Tehuacan, y que los mayas inventaron el cero matemático o que el conocimiento de la mecánica celeste era literalmente perfecto y que el calendario Gregoriano que usa actualmente Occidente, fue producto de la modificación que se le hizo al antiguo calendario Juliano, gracias a los conocimientos que llegaron al Vaticano del Anáhuac.



No entendemos como Paz asegura que los antiguos mexicanos tenían una inferioridad filosófica y técnica, si Occidente no ha reconocido hasta nuestros días que existiera una “filosofía mesoamericana”, que fuera capaz de estructurar y articular un impresionante desarrollo humano que tuvo un recorrido inalterable, por lo menos de tres milanos consecutivos. ¿Dónde está plasmado el pensamiento filosófico en la historia y la filosofía oficial mexicana?



Lamentablemente no existe en los libros de texto oficiales, y sí no existe, ¿cómo es posible que Paz diga que ésta era inferior? La Toltecáyotl sigue viva, presente y vigente en el México contemporáneo, pero es más evidente en el "México profundo", razón por la cual no la "ven" nuestros preclaros intelectuales accidentalizados. Finalmente Paz asegura que existe una supuesta inferioridad técnica de los antiguos mexicanos frente a los invasores europeos. Como ya dijimos, los europeos fueron a Asia a apropiarse de las tecnologías y les dieron un uso guerrero e invasivo. Hasta la fecha, Occidente avanza tecnológicamente a partir de la investigación militar y las guerras.



Pero si la técnica y el conocimiento del Anáhuac no estaban enfocados a los aspectos militares, no necesariamente implicó esto, una "inferioridad" técnica, científica y cultural. Un buen ejemplo para hacer una, ya de por sí, difícil comparación entre Mesoamérica y Europa, es que en el siglo XVI, los españoles encontraron en México-Tenochtitlán, la ciudad más grande del mundo con aproximadamente un millón de habitantes, mientras Paris, que era la urbe más grande de Europa en esos momentos apenas contaba con 62 mil habitantes.
Tenochtitlán en el periodo Postclásico decadente, contaba con la cuadricula que hoy usan las ciudades modernas en el trazo de sus avenidas y calles, que Europa no tuvo de manera regular hasta el siglo XIX.



La ciudad de México tenía agua potable, calzadas, canales, calles. Edificios públicos como: bibliotecas, zoológicos, mercados, bodegas generales, escuelas, baños públicos. La medicina y la higiene era muy adelantada y conocían toda la herbolaria para tener una buena salud, además de las famosas trepanaciones que Europa en ese momento no hacia.



Técnicamente los antiguos mexicanos vivan con una mayor calidad de vida, tanto en alimentación, higiene y salud, educación y deporte; que los europeos. Aunque ciertamente no disponían de su tecnología militar, pero esto, insistimos, no es suficiente razón para suponer una inferioridad técnica, que solo existe en las mentes eurocéntricas y colonialistas. Octavio Paz trata de explicar lo que sucedió en la India en el aspecto religioso, comparando el violento choque religioso que vivieron los antiguos mexicanos. Paz afirma que los indígenas abrazaron la religión cristiana de manera "voluntaria".



Paz no se puede ver más colonizador y desconocedor de la historia y la cultura de su propio pueblo. Ante esta afirmación, debemos suponer que para el autor los antiguos mexicanos se sintieron "liberados" por sus conquistadores y que estuvieron oprimidos por antiguos cultos sanguinarios. Por supuesto que nadie avala los sacrificios humanos, pero lo cierto es que los mexicas vivían un periodo de decadencia filosófica y religiosa [por la cuál pudo ser posible la conquista], sin embargo, tendríamos que tomar en cuenta que en la transgredida ideología mexica, la muerte en sacrificio era una "gracia" y una liberación para el espíritu, que llegaba a la vida verdadera por este medio.



Algo verdaderamente aberrante pero exactamente igual al que tenían los misioneros españoles que creían que sí morían sacrificados en la difusión de su credo, llegarían al reino de los cielos. Muchos misioneros vivían obsesionados en el sacrifico, que iba desde la autoflagelación hasta la inmolación con infieles, para lograr la gracia celestial. Tanto los indígenas como los misioneros que morían en tal condición, pensaban que era un privilegio. Sin dejar de mencionar la opresión que durante toda la colonia significó la misma institución de la iglesia y la Santa Inquisición; tanto para indígenas como para los propios españoles.



Para Octavio Paz, como para muchos intelectuales mexicanos occidentalizados, la presencia de los invasores europeos fue una epopeya por "civilizar al mundo primitivo y salvaje”, que no tuvo ni ha tenido valor y cabida en su proyecto colonizador, más que de ser la materia prima, la mano de obra barata y sin derechos humanos, con la cual construir un "nuevo mundo" para los colonizadores. Los pueblos agredidos, invadidos, saqueados, explotados, violados y escarnecidos, para la mentalidad colonizadora, "salieron ganado" de este proceso histórico según Paz.



“No todo fue horror: sobre las ruinas del mundo precolombino los españoles y los portugueses levantaron una construcción histórica grandiosa que, en sus grandes trazos, todavía esta en pie. Unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas diferentes, adoraban dioses distintos, guerreaban entre ellos o se desconocían. Los unieron a través de leyes e instituciones jurídicas y políticas pero, sobre todo, por la lengua, la cultura y la religión. Sí las pérdidas fueron enormes, las ganancias han sido inmensas.



Para juzgar con equidad la obra de los españoles en México hay que subrayar que sin ellos –quiero decir: sin la religión católica y la cultura que implantaron en nuestro país- no seríamos lo que somos. Seriamos, probablemente, un conjunto de pueblos divididos por creencias, lenguas y culturas distintas." [pág. 116]



Creo que no puede haber mayor comentario a este ultimo párrafo, es dramáticamente explicito. Es claro que para algunos intelectuales y artistas mexicanos, que se supone, deberían de ser las "antenas" y los visionarios de su pueblo, en el caso de un país colonizado como México, han estado y están de parte de los colonizadores-explotadores. Mientras nuestros intelectuales y artistas no se descolonicen ideológicamente. Mientras no aprendan a ver su pasado y su Cultura Madre con otros ojos. Mientras no encuentren inspiración en los valores y principios de la milenaria sabiduría de nuestros Viejos Abuelos. Mientras no analicen de manera objetiva el deshumanizado e injusto sistema colonial en el que hemos vivido desde 1521 los mexicanos, jamás podrán representar los más profundos anhelos y aspiraciones de los pueblos que hoy forman México. Siempre serán ajenos, extraños e “incomprendidos” por el pueblo, y menospreciados por las élites europeas.



Los artistas e intelectuales de México, sino se descolonizan mental y culturalmente, seguirán sirviendo dócilmente para mantener y perpetuar el sistema colonial y el pueblo no podrá contar con ellos para su descolonización.

martes, 21 de octubre de 2008

NADA HA CAMBIADO EN 500 AÑOS.


La invasión que sufrieron los pueblos originarios del Cem Anáhuac (América) es una de las injusticias más grandes de la historia. Porque no solo fue invadirlos para desposeerlos, sino fundamentalmente para negarlos como seres humanos y como civilización. Tal vez, lo más parecido en nuestros días es lo que esta haciendo Israel con Palestina en estos momentos.


En 1492 los “mercaderes” estaban muy urgidos de encontrar una nueva ruta comercial con el Lejano Oriente, ya que los turcos se habían apoderado del Oriente Cercano y no dejaban pasar las caravanas comerciales. Esa es la razón por la cual los “mercaderes” alentaron la invasión.


El amable lector debe de saber que en aquellos tiempos no existía “la libre empresa”. Todo cuanto se hacía tenía que tener la bendición de la iglesia y el permiso del rey. Todo ese cuento de las joyas de la reina es una mentira. La invasión fue financiada totalmente por los ricos mercaderes. Esto nos lleva a una conclusión muy importante. Colón no venía en un viaje científico y humanista. El señor venía con muchos intereses, tanto de los mercaderes y la corona, como especialmente de él, quien leoninamente pidió muchas cosas para sí y su familia, si descubría la nueva ruta comercial, motivo por lo cual, al tiempo la corona lo persiguió hasta acabarlo, pues se demostró que no llegó a la India.
Colón fue quien exterminó a los pueblos caribes, en menos de 10 años asesinó a todos los indígenas de las Antillas. Murió en la ruina debido al enfrentamiento con la corona, murió perseguido y odiado. Pero sobre todo, murió creyendo que había llegado a la India. Esa es la razón por la cual los españoles del Siglo XVI les pusieron a nuestros Viejos Abuelos, “indios”. Lo triste es que han pasado 500 años y sabemos que Colón no llegó a la India y sin embargo, le seguimos diciendo a los pueblos originarios “indios”. No sabemos y parece que no nos interesa saber, cómo se decían a sí mismos nuestros antepasados. Eso nos demuestra el desprecio que los colonizadores nos han enseñado a sentir de nosotros mismos.

Existen muchas mentiras y verdades a medias sobre “el descubrimiento del nuevo mundo”. Primeramente debemos decir que las civilizaciones del Cem Anáhuac (América) eran mucho más antiguas que la de Europa. En segundo lugar, Europa no es un continente. Es en cambio una península del Continente Euroasiáticoafricano, pues es una sola masa de tierra. Así que esa idea del “viejo continente” es otra más de las mentiras colonizadoras para sojuzgarnos.



Por medio de una Bula Papal, la corona española “recibió en propiedad” los inmensos territorios del continente, la riqueza que en él se encontrara y sobre todo, en calidad de esclavos a todos los seres humanos que ahí vivían. Fueron desposeídos de un “plumazo” nuestros antepasados de todas sus pertenencias, hijas, esposas y madres, tierras, ciudades, pero sobre todo; de un solo golpe fueron negados siete mil quinientos años de uno de los más importantes DESARROLLOS HUMANOS. Se invalidaron violentamente las leyes, las instituciones y las autoridades, que se habían creado a lo largo de milenios. Se les quitó la condición de seres humanos, (esto sigue vigente) y se desvalorizó su cultura.


En 1492 se inició una violenta, injusta y deshumanizada explotación de los seres humanos de estas tierras y una depredación sistemática de sus recursos naturales a favor de los colonizadores europeos. En México los españoles exterminaron a las poblaciones originarias en menos de cien años. Se supone que en 1519 existían alrededor de 25 millones de personas y para 1619 solo quedaban un millón. Trescientos años de “Colonia” en la que los vencidos no tuvieron ningún derecho. Y en los últimos dos siglos, los descendientes de los colonizadores, los criollos, han seguido explotando a los pueblos y depredando sus recursos naturales.
El problema no es lo que sucedió hace 500 años. El problema vergonzoso es lo seguimos haciendo en el siglo XXI. De diferente manera, pero los resultados son los mismos. Es decir, injusticia, hambre, destrucción ecológica, asesinatos, persecución, negación, genocidio y negación sistemática de la cultura del invadido.

Uno de los elementos fundamentales de la colonización, es que el colonizado PIERDA LA MEMORÍA HISTÓRICA. Cuando no sabemos qué sucedió, no podemos entender lo que está pasando. Sin embargo, el Banco Mundial presentó el día 7 de Octubre en la Universidad Iberoamericana un documento titulado: “Desigualdad en América Latina y el caribe: ¿ruptura con la historia?” en el que señala que en la tierra “descubierta por Colón”, el 10% de la población posee el 48% del ingreso total y que, el 10% más pobre de la región, posee solo el 1.6% de la riqueza. Apunta el revelador documento que son los descendientes de los colonizadores los que son los ricos y los descendientes de los pueblos originarios y los negros son los más pobres. El documento señala: “No se pueden comprender los orígenes del problema de la desigualdad en la región sin hacer referencia al primer período de colonización de los siglos XVI y XVII.



Las raíces de la desigualdad en Latinoamérica yacen en el duro contraste inicial entre un pequeño grupo de dignatarios europeos que tenían poder sobre vastas extensiones de tierra y enormes recursos y una población consistente en trabajadores empobrecidos y subyugados o esclavizados”.


Como ve el amable lector, nada en verdad ha cambiado en estos cinco siglos. El problema no es lo que hicieron “los españoles” hace quinientos años. El problema es lo que estamos haciendo rostros con nosotros mismos en la actualidad.
El Poder Legislativo por unanimidad, no permitió que los pueblos indígenas pudieran tener su autodeterminación cultural. Rechazaron el PRI, PAN y PRD la Ley Indígena producto de los acuerdos entre el Gobierno y el EZLN.
Las familias más ricas y poderosas de México, siguen siendo los descendientes de los colonizadores o extranjeros avecindados. En Oaxaca los ricos son españoles, libaneses, italianos, ingleses y los descendientes de los europeos. Los indígenas y los mestizos siguen siendo peones acasillados solo que cuando mucho, con salario mínimo.

Vivimos una sociedad colonial disfrazada. Somos racistas y clasistas, más feroces que los anglosajones. Pero no lo aceptamos.En los últimos 20 años el pueblo de México ha pagado 460 mil millones de dólares, tan solo por concepto de intereses del servicio de la deuda externa. Eso es neocolonización. Los amos del mundo son los dueños del dinero y nosotros sus esclavos.
Como aprecia el amable lector, no se necesita ser un “especialista” del Banco Mundial para darnos cuenta de la desgracia en la que vivimos. Sospechoso resulta quien pretende “celebrar” el descubrimiento de América, o como ahora dicen con eufemismo… “el encuentro de los dos mundos”.



El punto de esta reflexión es comprender que seguimos viviendo un sistema colonial y que las bases más profundas de México, están en la injusticia y la explotación que sufrimos desde la llegada de los europeos. Que la invasión y conquista se sigue dando día a día. Que estamos actuando como colonizadores-colonizados de nosotros mismos, somos, al mismo tiempo, victimarios y víctimas. Tenemos que ir a la raíz del problema para poder solucionarlo. Vivimos una “cultura” de la colonización. Todos contra todos. Los fuertes contra los débiles. La gente de tez clara contra los de tez morena. Los descendientes de los vencedores, contra los descendientes de los vencidos. Todo se sigue repitiendo en un “eterno retorno”. La invasión y conquista del nuevo mundo prosigue su marcha. La colonización deja mucha riqueza. Le sigue en turno… “Las Reformas del Estado.” (2006)



www.toltecayotl.org

martes, 14 de octubre de 2008

LOS CRIOLLOS NOS HAN SECUESTRADO A LA PATRIA


Hemos planteado en este medio la visión de que vivimos en México una sociedad colonial de explotación, igual que en el siglo XVI, sólo que maquillada. Que lo único que pasó en la Guerra de Independencia, fue que los españoles nacidos en México (criollos) le quitaron el poder de la Colonia a los españoles nacidos en España (gachupines).


Los criollos desmantelaron la presencia de la corona española en el Virreinato de La Nueva España y crearon un país, -su país-, al que llamaron México arbitrariamente, porque no todos somos mexicas. Manteniendo el sistema de injusticia y explotación en contra de los “naturales” o indígenas y la depredación de sus recursos naturales. De esta manera el México de los criollos nace como un país de explotadores y explotados, de vencedores y vencidos, de gente “bonita” y... nacos, indios, yopes, pelados y un largo etcétera lleno de epítetos a los descendientes de la cultura vencida.


Mucha gente piensa que el país llamado México es la creación de hombres que buscaron acabar con la explotación y la injusticia de los tres siglos de Colonia. No es cierto, la lucha fue por el poder económico, político y social entre gachupines y criollos, en donde sólo se usó a los indígenas como carne de cañón. La “historia oficial”, que es la biografía del Estado criollo, miente.


En estos dos siglos de dominio de los criollos, “su país” llamado México, ha ido de mal en peor. En el siglo XIX fueron invadidos por E.U. y Francia, perdieron la mitad del territorio que habían heredado de la Colonia, y se la pasaron luchando en guerras fratricidas. En el siglo XX, por iniciativa de E.U., se inició la Revolución, fundamentalmente para quitar los intereses europeos y abrirles las puertas a los norteamericanos. En estos dos siglos los criollos han demostrado con creces su incapacidad para gobernar, crear riqueza en un país lleno de recursos naturales y de un pueblo originario muy trabajador y con una riqueza cultural muy grande, pero siempre despreciada y menospreciada. Lo realmente cierto que han creado los criollos es la pobreza, la injusticia y la violencia.


En dos siglos los criollos han perdido totalmente su identidad. Ya no son españoles y jamás serán mexicanos. Son rechazados en España a donde se les llama “indianos”, pues aunque ellos no lo aceptan, tienen más la cultura indígena que tanto desprecian y son ajenos a la cultura española, que tanto proclaman. Pero en México mantienen de generación en generación, de una manera obsesiva y recalcitrante, la idea que “ellos son españoles” y que no son “iguales” a los demás. Pero podríamos hablar también de los libaneses, franceses, italianos, chinos, judíos, ingleses, etc.


El México que han forjado los criollos es un país excesivamente racista, clasista e injusto. Los criollos durante doscientos años han explotado a los pueblos originarios y sus recursos naturales, pero nunca en verdad se han sentido mexicanos y han actuado como hermanos con el pueblo. Nunca han aprendido a amar al pueblo y a la cultura que les dio asilo. Nunca han compartido su destino y valorado su cultura.


El que escribe, vivió dos años en España y me jacto de conocer y adorar al noble pueblo español (al de España). Al heroico pueblo que ha sufrido la injusticia y el desprecio de la Europa. El pueblo español, que hasta hace muy pocos años se sentía despreciado y rechazado por los europeos. Después de la Segunda Guerra Mundial, el pueblo español fue el pueblo migrante que sirvió de carne de cañón para que muchas economías europeas se recuperaran. Históricamente el pueblo español ha sido un pueblo de migrantes. Millones de españoles están en América, expulsados por la pobreza y la injusticia, desde los tiempos de la Corona, o desde la época de la República o de la dictadura franquista. Nadie sale de su patria con una mano atrás y otra adelante por su gusto. Todos los españoles que están en México, salvo los refugiados de la Guerra Civil, a quién por cierto les debemos mucho, vinieron por ser los más miserables y pobres de España. Son los que han venido y siguen viniendo a la aventura. Estos “españoles”, lejos de agradecer y amar al pueblo y a la cultura que les dio asilo y cobijo, en poco tiempo se vuelven en sus explotadores y sus despreciadores. Los españoles que llegan a México, desde 1521 hasta nuestros días, en muy poco tiempo “se insertan hábilmente” en el sistema colonial de explotación del pueblo invadido.

Se vuelven más dictadores que Franco, por generaciones mantienen de manera exagerada su pronunciación, tratan de casarse entre ellos o viajan a España por mujer o varón. Crean sus propias escuelas, sus propios centros sociales, culturales y deportivos. Remarcan su “dudoso origen” para imponer su estatus de “colonizador” y no recuerdan que fueron expulsados por la pobreza y la injusticia, desde Hernán Cortés hasta los que arribaron ayer.


No quiero decir que TODOS SEAN IGUALES y no se vale generalizar. Existen españoles como Gonzalo Guerrero, que rechazó a Cortés y vivió, se caso, tuvo 3 hijos, luchó con los mayas en contra de los conquistadores y murió a mano de uno de ellos. Como Francisco Javier Mina, que puso su capital y su vida, por el ideal de la libertad de México. O como León Felipe y toda la pléyade de intelectuales, artistas y maestros que llegaron refugiados por la Guerra Civil, quienes le inyectaron a México lo mejor de España de los años treinta del siglo pasado.
Nos referimos en cambio a los españoles ignorantes, explotados y oprimidos que tuvieron que salir de España por la injusticia y que al llegar a México, se han convertido en otros explotadores, iguales a los que los obligaron a salir de su país. Gente que no es querida en España y no es querida en México. Gente que vive en un “laberinto de soledad”. Ni de aquí ni de allá. Allá son “mexicanos” y aquí son “españoles”.


Nunca se la han jugado por México y huyeron de España. Hicieron la Guerra de Independencia para desbancar a sus parientes los gachupines, pero no por liberar y dejar de explotar al pueblo de México. Desde 1821 no se sienten mexicanos y a la menor provocación salen con sus capitales del país. No es gente de trabajo, sólo explota. No es gente que ayude, sólo medra. No es gente solidaria con el pueblo y la cultura que les ha dado todo cuanto tiene, sólo son mezquinos, ignorantes y materialistas. No son gente de talento y capacidad, sólo minúsculos explotadores, “alpargateros-peseteros” como los llaman en España. No son gente de la gran industria o la gran empresa, no han logrado crear una gran economía en la colonizada América latina. Sólo son rapaces explotadores: hoteles de paso, vinaterías, panaderías, restaurantes, comercio al menudeo y medio mayoreo. Su capacidad no de para más. En vez de desarrollar una gran empresa, prefieren tener varias pequeñas. Maltratan a sus trabajadores, los mal pagan, explotan y desprecian... hasta la fecha, los tratan como si fueran los tiempos de la Colonia. Me refiero a los “gachupines”, no a los ESPAÑOLES. Me refiero a esos que no son mexicanos y tampoco son españoles. A esos despreciables seres que no tienen patria, pueblo, cultura, ni identidad. A los explotadores y hambreadores, a los abusivos, a los ignorantes, a los desolados despatriados. A esa pobre gente.


Existen y le siguen haciendo mucho daño a nuestra gente, a nuestra cultura y no nos han dejado crear una nación propia-nuestra. LOS CRIOLLOS NOS HAN SECUESTRADO A LA PATRIA. Prosiguen manteniendo y usufructuando el sistema colonial, sólo que de una manera velada, hipócrita y racista. Es “su país”, no el de todos los mexicanos. Es “su riqueza”, no la de todos, es “su bienestar” no el de todos los mexicanos, es “su seguridad” no la del pueblo en general.


Ayer salieron a buscar a Europa un emperador para que los gobernara. Hoy, corren a la Embajada de España a pedir “su protección” de una sociedad injusta que ellos han contribuido a construir. Cuando les conviene son españoles. Para explotar y medrar al mexicano, los criollos se ostentan como “mexicanos”, manitos y paisanos. Para librarse de la inseguridad y la injusticia que ellos, como voraces explotadores, han ayudado a crear, entonces son españoles, y buscan la protección de España, sin hacerse corresponsables de esta inseguridad que sufrimos todos los mexicanos. Se presentan como españoles “victimas” ante la embajada y no enfrentan el problema de la inseguridad como actores y factores de la economía que son. Como mexicanos.


Eso nos demuestra que los criollos jamás se han sentido y jamás han actuado como mexicanos. No nos han ayudado a construir, en un país rico, una sociedad justa y más igualitaria, con una distribución más equitativa de la riqueza. Sólo están dispuestos, históricamente, a explotar, corromper y obtener ganancias a costa de la sociedad, la cultura y el país que les ha dado asilo y todo cuanto tienen. (2004)