El anáhuac se desarrolló de manera endógena durante por lo menos tres mil años. Desde la aparición de la llamada cultura olmeca hasta la invasión europea en 1521.
Los siguientes tres siglos los españoles crearán una colonia a través del Virreinato de la Nueva España. Destruirán las LEYES, AUTORIADES E INSTITUCIONES (LAI) creadas a lo largo de decenas de siglos y crearán nuevas (LAI) pero de carácter colonial, que tendrán como objetivo explotar a los pueblos invadidos y depredar sus recursos naturales a favor de la corona española. “La gran España” pudo ser posible gracias a la riqueza que extrajeron de América, especialmente de México y Perú.
Sin embargo, en 1810 un grupo de criollos resentidos y ambiciosos, que durante la colonia habían sido tratados como súbditos de segunda, iniciaron una guerra civil alentando la rebelión de los indígenas en contra de los españoles peninsulares. Hidalgo, Allende, Aldama, Ortiz, en general los primeros conspiradores eran criollos que querían derrocar el dominio en la colonia de los peninsulares, pero no liberar a los pueblos invadidos del yugo colonial.
Finalmente después de 11 años de luchas fraticidas y traiciones, los criollos logran derrotar a los peninsulares y crean “SU PROPIO PAÍS”, al que llamaron indebidamente México, pues el nombre milenario de esta tierra es El Anáhuac.
Lo que inmediatamente hicieron los criollos fue crear un “país fallido” a través de cuatro iniciativas suicidas plenas de ignorancia, ambición e injusticia.
La Primera. Engañaron a los indígenas que fueron la base y la carne de cañón en la guerra civil. La “Independencia” no significó de modo alguno la cancelación del “modelo económico” colonial y los indígenas siguieron en las mismas condiciones de injusticia y explotación, pero ahora en manos de los ineptos españoles criollos.
La Segunda. Por envidia y miopía, los criollos decidieron expulsar a los españoles peninsulares (en vez de hacerlos socios entre iguales), es decir, a los españoles nacidos en España, quienes habían sido los creadores de la potente economía colonial. Fueron tan estúpidos los criollos que, además de expulsarlos, dejaron que se fueran con toda su riqueza, por lo cual “el nuevo país de los criollos” nació en la pobreza debido a 11 años de guerra y a la fuga de capitales y “emprendedores coloniales”. Condenado a su nuevo país a pedir prestamos internacionales para sostener “el gasto corriente” de sus pomposos y fatuos gobiernos de opereta, así como sus permanentes luchas fraticidas.
La Tercera. Como no tenían la experiencia y el capital para hacer producir su “nuevo país”, la propuesta histórica de los criollos fue, y ha sido, la de “invitar” a los capitales e inteligencias extranjeras a “invertir/explotar” al pueblo de mestizos e indígenas y a sus recursos naturales. Es decir, la ideología criolla debido a su impotencia e incapacidad, siempre se ha basado en “asociarse” con el capital y tecnología extranjera, poniendo ellos a los naturales y sus recursos naturales de “su país”, para recibir a cambio unas cuantas migajas de las inmensas riquezas extraídas del pueblo y sus recursos naturales.
La Cuarta. Para terminar con este cuadro patético que refleja “el país fallido” en el que hemos vivido durante estos 199 años, debemos mencionar el gran error histórico de los criollos. En efecto, los criollos se han caracterizado por ser incapaces, ignorantes, impotentes, inseguros e inhumanos. Nunca se han sentido orgullosos de la raíz indígena que los ha alimentado física y espiritualmente. Nunca en verdad han amado esta tierra que les da asilo. De modo que, no solamente han renunciado a la sabiduría de una de las seis civilizaciones más antiguas del planeta, sino que han tratado de destruir y negar cualquier vestigio y valor de ésta, en su realidad existencial. Pero al mismo tiempo, siempre han sido rechazados por la cultura Occidental y en especial por España o sus países de origen.
Así es, “los españoles de España” han seguido navegando en el curso de su propia historia y hoy viven, con sus propias oportunidades y desafíos la España del siglo XXI. Sin embargo, “los criollos” de México, que tienen generaciones de haber nacido y “mamado” de la Cultura Madre del Anáhuac, siguen anclados en el siglo XVI, con sus traumas propios de ser rechazados y excluidos de “la Europa” que nunca han pertenecido y que ahora la están cambiando por el modelo de Estados Unidos.
De modo que la cuarta iniciativa es que desde 1821, los criollos se dividieron en dos bandos y han estado luchando entre ellos mismos, de manera permanente y desgastante. Lo que ha favorecido vía la traición a la patria las invasiones militares extranjeras, la pérdida de más de la mitad del territorio nacional y la pérdida de la soberanía política, económica y tecnológica; así como la autosuficiencia alimentaría.
En efecto, los criollos han tenido históricamente dos maneras de concebir “su país”. Unos lo conciben desde la óptica de: masones yorkinos-liberales-federalistas-republicanos-priístas. Mientras que los otros son: masones escoceses-conservadores-centralistas-monárquicos-panistas. Lo que los une es la ideología criolla de “entrega” de “su país” a los capitales extranjeros.
El criollo a diferencia del peninsular, que siempre se distinguió por ser trabajador, industrioso y productivo; el criollo en cambio se ha caracterizado por ser flojo, inepto e improductivo. Sus grandes proyectos han sido fantasiosos y copias burdas del exterior, condenadas al fracaso, especialmente en el plano gubernamental. Y en el plano empresarial, el criollo se ha caracterizado por ser poco innovador, no arriesga, no invierte en investigación y tecnología. Busca negocios fáciles y de poco riesgo. Ambos sueñan con la ansiada inversión y tecnología extranjera para hacerse rápida y fácilmente, inmensamente ricos. Sin invertir, sin trabajar, sin investigar, sin esforzarse en proyectos de largo plazo.
Los gobiernos criollos, desde Iturbide hasta Calderón, se caracterizan por ser mesiánicos de opereta. Cada uno salvará a la patria y borra todo lo que hizo el anterior. Y en el plano económico, los criollos siempre han dependido del extranjero y la corrupción para amasar sus grandes fortunas, a través de la injusticia y la explotación. Carlos Slim es el ejemplo perfecto y el símbolo de la ideología criolla y el criollismo.
De modo que, “el México de los criollos”, siempre ha sido un país fallido. Porque nunca ha tomado en cuenta a los pueblos y culturas, mestizas y originales, que lo conforman. Porque nunca en verdad le ha importado el desarrollo y bienestar de las mayorías.
El México criollo es un país fallido, porque siempre ha vivido de espaldas de la civilización original y de los pueblos que la conforman. Es fallido, porque se sustenta en la injusticia y la explotación, en la negación, desprecio y destrucción de su raíz anahuaca. Porque busca el beneficio desmedido de unos cuantos y el sacrificio de las mayorías.
Es fallido, porque siempre rechaza y menosprecia a su pueblo; pero al mismo tiempo es menospreciado y rechazado por los poderes económicos, políticos y culturales, con los que pretende asociarse e imitar.
Después de casi cinco siglos de opresión e injusticia de la ideología criolla y de sus nefastos resultados para la mayoría de los habitantes de este país, lo que se deben replantear es: la enésima reforma del país de los criollos, o la refundación del Anáhuac.
Los siguientes tres siglos los españoles crearán una colonia a través del Virreinato de la Nueva España. Destruirán las LEYES, AUTORIADES E INSTITUCIONES (LAI) creadas a lo largo de decenas de siglos y crearán nuevas (LAI) pero de carácter colonial, que tendrán como objetivo explotar a los pueblos invadidos y depredar sus recursos naturales a favor de la corona española. “La gran España” pudo ser posible gracias a la riqueza que extrajeron de América, especialmente de México y Perú.
Sin embargo, en 1810 un grupo de criollos resentidos y ambiciosos, que durante la colonia habían sido tratados como súbditos de segunda, iniciaron una guerra civil alentando la rebelión de los indígenas en contra de los españoles peninsulares. Hidalgo, Allende, Aldama, Ortiz, en general los primeros conspiradores eran criollos que querían derrocar el dominio en la colonia de los peninsulares, pero no liberar a los pueblos invadidos del yugo colonial.
Finalmente después de 11 años de luchas fraticidas y traiciones, los criollos logran derrotar a los peninsulares y crean “SU PROPIO PAÍS”, al que llamaron indebidamente México, pues el nombre milenario de esta tierra es El Anáhuac.
Lo que inmediatamente hicieron los criollos fue crear un “país fallido” a través de cuatro iniciativas suicidas plenas de ignorancia, ambición e injusticia.
La Primera. Engañaron a los indígenas que fueron la base y la carne de cañón en la guerra civil. La “Independencia” no significó de modo alguno la cancelación del “modelo económico” colonial y los indígenas siguieron en las mismas condiciones de injusticia y explotación, pero ahora en manos de los ineptos españoles criollos.
La Segunda. Por envidia y miopía, los criollos decidieron expulsar a los españoles peninsulares (en vez de hacerlos socios entre iguales), es decir, a los españoles nacidos en España, quienes habían sido los creadores de la potente economía colonial. Fueron tan estúpidos los criollos que, además de expulsarlos, dejaron que se fueran con toda su riqueza, por lo cual “el nuevo país de los criollos” nació en la pobreza debido a 11 años de guerra y a la fuga de capitales y “emprendedores coloniales”. Condenado a su nuevo país a pedir prestamos internacionales para sostener “el gasto corriente” de sus pomposos y fatuos gobiernos de opereta, así como sus permanentes luchas fraticidas.
La Tercera. Como no tenían la experiencia y el capital para hacer producir su “nuevo país”, la propuesta histórica de los criollos fue, y ha sido, la de “invitar” a los capitales e inteligencias extranjeras a “invertir/explotar” al pueblo de mestizos e indígenas y a sus recursos naturales. Es decir, la ideología criolla debido a su impotencia e incapacidad, siempre se ha basado en “asociarse” con el capital y tecnología extranjera, poniendo ellos a los naturales y sus recursos naturales de “su país”, para recibir a cambio unas cuantas migajas de las inmensas riquezas extraídas del pueblo y sus recursos naturales.
La Cuarta. Para terminar con este cuadro patético que refleja “el país fallido” en el que hemos vivido durante estos 199 años, debemos mencionar el gran error histórico de los criollos. En efecto, los criollos se han caracterizado por ser incapaces, ignorantes, impotentes, inseguros e inhumanos. Nunca se han sentido orgullosos de la raíz indígena que los ha alimentado física y espiritualmente. Nunca en verdad han amado esta tierra que les da asilo. De modo que, no solamente han renunciado a la sabiduría de una de las seis civilizaciones más antiguas del planeta, sino que han tratado de destruir y negar cualquier vestigio y valor de ésta, en su realidad existencial. Pero al mismo tiempo, siempre han sido rechazados por la cultura Occidental y en especial por España o sus países de origen.
Así es, “los españoles de España” han seguido navegando en el curso de su propia historia y hoy viven, con sus propias oportunidades y desafíos la España del siglo XXI. Sin embargo, “los criollos” de México, que tienen generaciones de haber nacido y “mamado” de la Cultura Madre del Anáhuac, siguen anclados en el siglo XVI, con sus traumas propios de ser rechazados y excluidos de “la Europa” que nunca han pertenecido y que ahora la están cambiando por el modelo de Estados Unidos.
De modo que la cuarta iniciativa es que desde 1821, los criollos se dividieron en dos bandos y han estado luchando entre ellos mismos, de manera permanente y desgastante. Lo que ha favorecido vía la traición a la patria las invasiones militares extranjeras, la pérdida de más de la mitad del territorio nacional y la pérdida de la soberanía política, económica y tecnológica; así como la autosuficiencia alimentaría.
En efecto, los criollos han tenido históricamente dos maneras de concebir “su país”. Unos lo conciben desde la óptica de: masones yorkinos-liberales-federalistas-republicanos-priístas. Mientras que los otros son: masones escoceses-conservadores-centralistas-monárquicos-panistas. Lo que los une es la ideología criolla de “entrega” de “su país” a los capitales extranjeros.
El criollo a diferencia del peninsular, que siempre se distinguió por ser trabajador, industrioso y productivo; el criollo en cambio se ha caracterizado por ser flojo, inepto e improductivo. Sus grandes proyectos han sido fantasiosos y copias burdas del exterior, condenadas al fracaso, especialmente en el plano gubernamental. Y en el plano empresarial, el criollo se ha caracterizado por ser poco innovador, no arriesga, no invierte en investigación y tecnología. Busca negocios fáciles y de poco riesgo. Ambos sueñan con la ansiada inversión y tecnología extranjera para hacerse rápida y fácilmente, inmensamente ricos. Sin invertir, sin trabajar, sin investigar, sin esforzarse en proyectos de largo plazo.
Los gobiernos criollos, desde Iturbide hasta Calderón, se caracterizan por ser mesiánicos de opereta. Cada uno salvará a la patria y borra todo lo que hizo el anterior. Y en el plano económico, los criollos siempre han dependido del extranjero y la corrupción para amasar sus grandes fortunas, a través de la injusticia y la explotación. Carlos Slim es el ejemplo perfecto y el símbolo de la ideología criolla y el criollismo.
De modo que, “el México de los criollos”, siempre ha sido un país fallido. Porque nunca ha tomado en cuenta a los pueblos y culturas, mestizas y originales, que lo conforman. Porque nunca en verdad le ha importado el desarrollo y bienestar de las mayorías.
El México criollo es un país fallido, porque siempre ha vivido de espaldas de la civilización original y de los pueblos que la conforman. Es fallido, porque se sustenta en la injusticia y la explotación, en la negación, desprecio y destrucción de su raíz anahuaca. Porque busca el beneficio desmedido de unos cuantos y el sacrificio de las mayorías.
Es fallido, porque siempre rechaza y menosprecia a su pueblo; pero al mismo tiempo es menospreciado y rechazado por los poderes económicos, políticos y culturales, con los que pretende asociarse e imitar.
Después de casi cinco siglos de opresión e injusticia de la ideología criolla y de sus nefastos resultados para la mayoría de los habitantes de este país, lo que se deben replantear es: la enésima reforma del país de los criollos, o la refundación del Anáhuac.
1 comentario:
América Latina, tras 300 años de colonización contó afortunadamente con la población criolla, que mantuvo la civilización europea en ese continente. De no haber sido así, la descolonización americana se hubiera parecido a la del Africa negra. Personajes tipo Idi Amin o Bokassa hubieran proliferado por el continente, mucho peores que los Somoza o Trujillo de turno. Para muestra, basta un botón, Haití. Los criollos franceses eran pocos y fueron expulsados, había pocos mestizos y el país se hundió en la anarquía. De eso pueden dar testimonio los dominicanos, que llevan doscientos años aguantando a tan molestos vecinos.
Publicar un comentario